Roma. “Subasta del siglo”, así se define a la puja por el casino de la Aurora, única propiedad que aloja un mural de Caravaggio. La edificación fue puesta a la venta por el Tribunal de Roma tras disputas de herencia e insolvencia hipotecaria de la familia Boncompagni Ludovisi, una de las de mayor abolengo de Roma, dueña de la propiedad durante 400 años.
Es el único testigo de lo que fue una de las mayores joyas arquitectónicas del barroco romano, cuyo valor se estima en la friolera de 471 millones de euros (más de 550 millones de dólares).
A la subasta, que se llevará a cabo en línea el 18 de enero, fueron invitadas vía correo electrónico 20 mil de las personas más ricas del planeta.
La venta partirá de la cantidad mínima establecida en 353 millones 250 mil euros, con incrementos de un millón. El precio se ajustó con la noción de que el comprador deberá desembolsar unos 20 millones de euros adicionales para su restauración. El Estado italiano tiene el derecho de prelación por ser un bien altamente vinculado, pudiendo convertirse en el comprador final.
El valor del palacio con planta a cruz griega y una superficie de 2 mil 800 metros cuadrados, no lo determina el tamaño, como tampoco la importancia histórica ni la ubicación privilegiada, “en una de las zonas más elegantes de la capital”, se lee en el seco anuncio del tribunal, sino las obras de arte, como murales, estatuas y estucos, que adornan las paredes y los techos.
Podría considerarse una “ganga”, si se toma en cuenta que el perito Alessandro Zuccari valuó tan sólo la pintura de Caravaggio en 310 millones de euros.
El casino de la Aurora
El sitio a subasta es el único de los tres edificios de la célebre Villa Ludovisi que sobrevive. La propiedad estaba intacta, hasta 1883, cuando el terreno fue urbanizado como parte de una especulación inmobiliaria de los herederos de la villa en acuerdo con el municipio de Roma. De su destrucción nació el elegante barrio Ludovisi. La villa, junto con el restante casino fue demolida, lo que causó indignación y escándalo entre los intelectuales de toda Europa, que por siglos la habían celebrado.
La fama de la villa se debió también a su inmensa y exquisita colección. La de escultura romana se conserva hoy en su mayoría en el Museo Nacional de Roma Palacio Altemps. La imponente colección de pintura está en cambio dispersa. Las obras eran 300, de, entre otros artistas contemporáneos, Guercino, Guido Reni, Annibale y Ludovico Carracci, Domenichino, todos ellos boloñeses como los Ludovisi. A ello se agregaban los grandes maestros del Renacimiento: Caravaggio, Rafael, Leonardo, Bellini, Correggio y Tiziano, y muchos más.
En el llamado Palacio Grande se albergaban las piezas más importantes de la colección. El casino de la Aurora estaba pensado como un programa iconográfico autocelebratorio.
En el techo del salón principal del palacio, en la planta baja, se encuentra el Carro de la Aurora que vence la noche (1622), obra maestra de Guercino. A esa pintura se debe el nombre de la villa; muestra a la diosa Aurora volando en un carruaje tirado por dos caballos.
Júpiter, Neptuno y Plutón
Ludovico Ludovisi compró la propiedad en 1596 al cardenal del Monte, famoso protector de Caravaggio, quien para entonces realizaba pinturas de media figura, mientras la obra en cuestión es una pintura en escorzo de lo más audaz, que anuncia la llegada del periodo barroco.
La pintura Júpiter, Neptuno y Plutón, situada en un pequeño ambiente en el primer piso, está realizada al óleo, no al fresco. Su atribución a Caravaggio es reciente (1969), mide casi tres metros de ancho y fue realizada en 1597 para el gabinete alquímico del cardenal Del Monte.
La pintura representa el universo con tres de los cuatro elementos necesarios para crear la “piedra filosofal”: aire, agua y tierra. A cada elemento corresponde una divinidad acompañada por su símbolo: Júpiter, Neptuno y Plutón, respectivamente, con un águila, un hipocampo y el Cancerbero.