“No sólo los impactos de la pandemia fueron desiguales, la recuperación también está siendo desigual, mientras en 2021 la participación laboral de los hombres empieza a ser similar a la que existía precrisis (sanitaria), las mujeres, en los mejores escenarios, llegaremos a niveles similares en 2008”, señaló Iliana Vaca Trigo, de la División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
En el 22 Encuentro Internacional de Estadísticas de Género, Reconstruir con estadísticas de género: hacia el logro de la Agenda 2030, detalló que seis de cada 10 personas que salieron de la fuerza laboral fueron mujeres y se alcanzó una “tasa de desempleo histórica en 2021, pues es de 12 .7 por ciento entre mujeres que, teniendo la capacidad para trabajar y el tiempo para ocupar un puesto en el mercado laboral, no están consiguiendo empleo”.
En la región la variación de la población en el mercado laboral fue de 11 por ciento, “de los cuales 62 por ciento eran mujeres, porque ellas estaban sobrerrepresentadas en los trabajos de más alto riesgo” de impacto económico, entre ellos el sector de servicios.
Subrayó que la pandemia elevó la pobreza en la región, la cual era más alta entre las mujeres. “Sabíamos que en prepandemia, que por cada 100 hombres en situación de pobreza encontramos 113 mujeres en la región en la misma condición” y el Covid-19 también “profundizó la división sexual del trabajo”.
Sobre la concentración del poder dijo que ha habido menor participación de mujeres en tomas de decisión, incluidas la de respuesta a la pandemia. También se refirió al aumento de las horas que las mujeres dedican a los cuidados y a las tareas del hogar en el contexto del SARS-CoV-2 y detalló que mediciones evidenciaron que aumentó en alrededor de dos horas por día el tiempo destinado a esas actividades.
En México, las mujeres invirtieron 31.9 horas semanales al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados. En Chile se reportaron 18.9 horas en cuidado de niños y niñas por parte de mujeres. En Colombia se constató una hora más y en Uruguay, 1.2 horas diarias más.