La meta de ingresos públicos por 7 billones 88 mil 250 millones de pesos para el próximo año se buscará cumplir con esfuerzos en diversos frentes. Se plantea la continuación de las medidas de fiscalización que ha reforzado el actual gobierno, sumada a la propuesta del Régimen Simplificado de Confianza para acotar la informalidad. La deuda pública tiene un incremento, de poco menos de un punto porcentual, en su participación dentro de los ingresos totales, de acuerdo con la Ley de Ingresos de la Federación recién aprobada.
Si bien la propuesta para el próximo año es “diversificada” e incorpora diversos mecanismos para hacer crecer los recursos públicos, “el gran paraguas que está detrás de los ingresos propuestos para el próximo año es la meta de crecimiento de 4.1 por ciento para 2022, tras esa estimación se sustentan varios de los objetivos que se plantean en la Ley de Ingresos”, explicó James Salazar, subdirector de Análisis Económico y Bursátil de CIBanco.
De acuerdo con la propuesta que envió la administración federal y que transitó sin cambios por ambas Cámara del Congreso, se espera contar con 7 billones 88 mil 250 millones de pesos para el próximo año, por arriba de los 6 billones 295 mil 736 millones estimados para 2021.
Al revisar la estructura de las fuentes de ingreso, hay algunos cambios entre un año y otro. Por ejemplo, en 2021 se estimó que la recaudación vía impuestos, calculada en 3 billones 533 mil 31 millones de pesos, representaría 56.1 por ciento del dinero público con el que se contaría; para 2022 se prevé que alcance 3 billones 944 mil 520 millones, pero que su participación caiga a 55.6 por ciento.
También se espera que las cuotas y aportaciones de seguridad social, las contribuciones de mejoras, los derechos, los productos, los ingresos por ventas de bienes, prestación de servicios y otros ingresos, así como las transferencias, asignaciones, subsidios y subvenciones, pensiones y jubilaciones sean rubros con menos peso en el total de ingresos proyectados para el próximo año.
Las excepciones son los aprovechamientos y el financiamiento. El primero se refiere a diversos conceptos entre los que se pueden contar las multas, indemnizaciones, participaciones de los estados, rendimientos de algunos fondos, entre otros rubros; el segundo contiene la deuda pública.
En el caso de los aprovechamientos se espera que pasen de representar 2.4 por ciento de los ingresos de 2021, a 2.6 por ciento de los de 2022, con un monto de 152 mil 458 millones de pesos y 184 mil 864 millones, respectivamente.
Sin embargo, en 2022 el financiamiento será el rubro que tome mayor peso como proporción de los ingresos públicos, no sólo porque crecerá de 756 mil 789 millones de pesos a 915 mil 615 millones entre este año y el próximo, sino porque su proporción como parte de los ingresos públicos también aumentará de 12 a 12.9 por ciento en un año.
Salazar explicó que además de las medidas que ha propuesto el gobierno en aras de aumentar los ingresos, el avance se sustenta en el rebote de 4.1 por ciento en el producto interno bruto para 2022. “Es una mezcla de todo, sustentada en una recuperación económica que se mantenga relativamente fuerte todavía para el próximo año”
No obstante, ese 4.1 por ciento con el que cuenta el gobierno federal está sujeto a varios riesgos, explicó. Entre los más patentes se cuentan una nueva ola de contagios de Covid-19 y el que la economía de Estados Unidos frene por la interrupciones en las cadenas globales de suministro.