Merecedor de una ficha roja por parte de la Interpol, el abogado Víctor Manuel Álvarez Puga –a quien se acusa de efectuar operaciones con recursos de procedencia ilícita, delincuencia organizada y peculado–, todo un ejemplar de malandro de cuello blanco, según las acusaciones, se consiguió a un abogado especialista en la defensa de este tipo de malhechores: Ulrich Richter.
Según la carpeta de investigación FED/SEIDO/UEIORIFAM-MEX/0000758/2019 de la Fiscalía General de la República, Álvarez Puga habría utilizado recursos de procedencia ilícita por algo así como 3 mil millones de pesos, además de las acusaciones que tiene por defraudación fiscal durante el sexenio pasado.
Como se recordará, este hombre es esposo de la ex conductora de televisión Inés Gómez Mont, a quien reclama la justicia por delitos similares a los que supuestamente cometió su marido, pero esto, que ya es de dominio público, no cuenta la historia de la relación Álvarez Puga-Ulrich Richter.
Se cuenta que el abogado defensor conoció al supuesto facturero Álvarez Puga por medio de la relación personal que sostenía con la señora Gómez Mont –apellido de prosapia panista–. Las familias acostumbraban asistir juntas a actos y celebraciones donde se placeaba a la pareja entre lo más granado de la sociedad.
Y sí, ellos llamaban la atención: ropa de las marcas más caras, automóviles que se podrían llamar excéntricos y, sobre todo, ese muy especial gesto con el que aparentan conocer y saludaban a funcionarios públicos de muy alto nivel durante los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, por ejemplo Genaro García Luna.
Quien giró la orden de aprehensión contra la pareja, con base en una serie de pruebas que los podría inculpar como cómplices en el delito de malversación de fondos provenientes del presupuesto de la Secretaría de Gobernación, fue el juez Iván Aarón Zeferín Hernández.
Y no es todo. Quien fuera o es el abogado defensor de los prófugos fue denunciado recientemente ante la Unidad de Inteligencia Financiera, el Servicio de Administración Tributaria, la Procuraduría Fiscal y la Fiscalía General de la República por sus posibles nexos con quien era encargado de la seguridad con Calderón.
Hay testigos que aseguran que la relación García Luna y Richter se manifestaba en reuniones constantes en las que se gestionaban “favores” para diferentes personas. Richter, como se sabe, demandó a Google para que eliminara una información en la que se le acusaba de lavado de dinero y se le ligaba con otros personajes como el ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira.
La historia no ha terminado y es muy posible que de ahí salga mucha más mugre de todo lo que se hizo en los sexenios pasados.
De pasadita
Todo parece indicar que Morena habrá de rendirse ante Ricardo Monreal en el caso Hidalgo, como lo hizo en la Ciudad de México en la alcaldía Cuauhtémoc. Ahora busca que el senador Julio Menchaca, sin encuesta y sin ninguna de las reglas de esa organización, se convierta en el candidato al gobierno en esa entidad.
Aunque no se tiene muy claro de dónde podría sacar más apoyos el senador, porque con Monreal no le alcanza, habrá que preguntar quiénes comían alegremente en un restaurante de postín al poniente de la ciudad en donde, nos dicen, se cocinaba el asunto Hidalgo.
Nadie sabe a ciencia cierta si Menchaca es un buen o mal candidato, pero el apoyo que le ha dado Monreal para muchos es como el “beso de judas”, que lo condena porque de ganar se convertiría en el empleado del Chucho de Morena y no en otro actor de la 4T. Que le empiecen a medir el agua a los elotes en aquella organización.