A pesar del incremento de su incidencia en México (232 casos por cada 100 mil habitantes), la enfermedad vascular cerebral (EVC) aún sigue subdiagnosticada, por lo que en muchos casos “el paciente acude al hospital cuando es demasiado tarde para evitar un grave daño cerebral o la muerte”, alertaron especialistas.
En el contexto del Día Mundial de la Enfermedad Vascular Cerebral, que se conmemora cada 29 de octubre, recordaron que al ser un padecimiento súbito y de rápida evolución, el paciente debe ser atendido en las primeras cuatro horas tras detectar los síntomas, como cara colgada o desviación de la comisura labial, mano pesada o pérdida de fuerza en brazos o piernas y lengua trabada o pérdida de capacidad para comprender el lenguaje.
En videoconferencia, los doctores Ricardo Ascencio y Dulce Bonifacio, expertos en EVC, subrayaron que cada año este padecimiento ocasiona 6.6 millones de decesos en el planeta, por lo que es incluida entre las primeras 10 causas de muerte a escala mundial, y en México se ubica como el séptimo motivo de muerte.
Al lanzar la campaña Camaleón, que ayuda a la población a identificar los tres síntomas asociados a la EVC, Ascencio destacó que si éstos son detectados se debe acudir de inmediato al hospital o llamar a los servicios de emergencia, pues a diferencia de las fallas del corazón, la EVC no genera dolor.
En cuanto a su incidencia, señaló que incluso antes del periodo prepandémico, los casos de EVC en México tuvieron un “disparo en su tasa de mortalidad, que se agudizó con los pacientes que por temor a acudir a un hospital se quedaron en casa”.
Momentos cruciales
Bonifacio, coordinadora del programa Resiste Cerebro del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste), indicó que una vez que ingresa el paciente al hospital se cuenta con 60 minutos para aplicar los medicamentos que ayuden a disolver los coágulos que ocasionan un EVC, los cuales pueden ser isquémicos o hemorrágicos.
Agregó que a escala mundial 75 por ciento de las muertes por EVC se concentran en países de ingresos bajos o medios, así como 81 por ciento de los casos son asociados con discapacidad por infarto cerebral o EVC.
Factores de riesgo
Entre los principales factores de riesgo están padecer hipertensión arterial, diabetes, obesidad, tabaquismo, historial familiar de EVC o cardiopatías. Por ello se recomiendan acciones preventivas como hacer ejercicio, mantener un peso saludable, no fumar y seguir una dieta sana.