México llegará a la próxima cumbre de cambio climático (COP26) –que empieza el fin de semana en Glasgow– con el incumplimiento de tratados internacionales suscritos, como el Acuerdo de París y la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en los que se pactó la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), señalaron especialistas en materia ambiental.
Anaid Velasco, abogada del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), indicó que, incluso, se incumple con tratados en derechos humanos, “porque sabemos que los impactos en cambio climático, es decir, la pérdida de vivienda, biodiversidad, la dificultad en el acceso al agua y las enfermedades, constituyen violaciones a las garantías individuales”.
En el webinar México rumbo a la cumbre de cambio climático, recordó que el país se encuentra entre los 15 que más producen GEI y las contribuciones nacionales determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) –metas de reducción de emisiones– están suspendidas por una decisión judicial, debido a que carece del principio de progresividad.
Refirió que, de acuerdo con un análisis del Climate Action Tracker, la política climática del país es “altamente insuficiente” para limitar el incremento promedio de la temperatura del planeta en 1.5 grados centígrados.
Al respecto, Daniela García Aguirre, especialista de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), destacó la importancia de incluir la reducción de los contaminantes climáticos de vida corta en las estrategias climáticas de los países para cumplir con dicho propósito.
Este tipo de contaminantes, como el metano y el carbono negro, permanecen “poco tiempo en la atmósfera”, y por tanto la reducción de sus emisiones contribuiría a disminuir la velocidad del calentamiento global, puntualizó.
En cambio, explicó la especialista, aunque las fuentes de emisión de dióxido de carbono (CO2) –que es el principal gas de efecto invernadero–, se “apaguen hoy”, no habrá mucha diferencia porque puede permanecer siglos en la atmósfera.
García Aguirre detalló que si estas medidas se implementaran a escala mundial, se podrían reducir las emisiones globales de metano en 40 por ciento y las de carbono negro en 80 por ciento para 2030, lo cual ayudaría evitar el calentamiento global adicional de 0.5 grados centígrados para 2050.