En medio de descalificaciones de Morena, PRI y PAN contra diversas propuestas por presuntas vinculaciones partidistas, el Instituto Nacional Electoral aprobó la designación de 13 presidentes de Organismos Públicos Locales Electorales y 35 consejeros (de 29 estados), declarando desiertos los correspondientes a quienes encabezarían los institutos en el estado de México y Baja California Sur, los cuales se sumaron a los de Nuevo León y Tabasco, que ya se habían decidido en la comisión.
Las acusaciones del morenista Rafael Llergo en contra de la propuesta de Jessica Rojas Alegría, impugnada por lo que definió como falta de autonomía, tuvieron efecto. Aunque con otros argumentos, los consejeros votaron en contra de su designación como presidenta del Instituto Electoral del Estado México; en tanto que la otra opción, Claudia Valdés, tampoco tuvo los votos suficientes. Un caso similar fue el de Alejandra Durán, quien pretendía presidir el instituto en Baja California Sur.
Las objeciones del priísta Gerardo Triana y de la consejera Adriana Favela contra la propuesta de Adriana Ruiz para presidir el organismo en Colima, fueron infructuosas, a pesar de que ambos recordaron que ya se había desempeñado en el cargo entre 2014 y 2017 y que terminó en su destitución por parte del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, por actuaciones que pusieron en entredicho su imparcialidad. Su propuesta fue aprobada con nueve votos contra dos.
Las objeciones del PAN contra Adriana Sánchez como presidenta en Querétaro tampoco prosperaron, a pesar de que se acreditó que mintió sobre su residencia.
Al justificar las propuestas para renovar las presidencias, el presidente del INE, Lorenzo Córdova, sostuvo que el mecanismo de designación ha permitido que “hoy el índice de alternancia en estos siete años oscile o ronde 70 por ciento en el ámbito de las elecciones federales y locales”.