Dubai, Emiratos Árabes. El ciberataque que paralizó todas las gasolineras de la República Islámica fue diseñado para “enojar a la población creando desorden y perturbaciones”, dijo el presidente del país el miércoles, mientras ante los surtidores se repetían las largas filas.
Ebrahim Raisi no culpó a nadie por el incidente, que comenzó el martes e inutilizó las tarjetas electrónicas emitidas por el gobierno que muchos iraníes emplean para comprar combustible subvencionado. Pero sus palabras sugirieron que él y otros miembros de la teocracia iraní creen que detrás del ataque había fuerzas antiiraníes.
“Debería haber una preparación seria en el terreno de la ciberguerra y los organismos relacionados no deberían permitir que el enemigo siga con sus ominosos objetivos de hacer de los problemas una tendencia en la vida de la gente", afirmó Raisi.
Ningún grupo se atribuyó la responsabilidad por el incidente, que guardaba similitudes con otro ocurrido meses antes y parecía desafiar de forma directa al líder supremo de la República Islámica, el ayatolá Ali Jamenei, mientras la economía iraní se hunde bajo las sanciones estadunidenses.
Abolhassan Firouzabadi, secretario del Consejo Supremo del Ciberespacio, vinculó el ataque a otro que tuvo como objetivo el sistema ferroviario nacional en julio, en declaraciones publicadas por la agencia noticiosa estatal IRNA.
“Cabe la posibilidad de que el ataque, como uno anterior al sistema de trenes, se haya realizado desde el extranjero", señaló Firouzabadi, quien agregó que hay una investigación abierta.
El 80% de las gasolineras del país habían vuelto a vender combustible de nuevo el miércoles en la mañana, dijo IRNA citando a otro funcionario. Reporteros de The Associated Press vieron largas filas en varias gasolineras en la capital, Teherán. En una, 90 autos esperaban para repostar. Los que lo hicieron tuvieron que pagar precios más elevados de lo habitual y sin subvención.
La agencia noticiosa semioficial ISNA, la primera en calificar al incidente de ciberataque, dijo que quienes intentaban usar las tarjetas gubernamentales recibían el mensaje “ciberataque 64411” en el dispensador de combustible.
Si bien ISNA no aludió al significado del número, éste está asociado con una línea telefónica manejada por la oficina de Jamenei que responde a preguntas sobre el derecho islámico. ISNA retiró luego la información y dijo que también había sido hackeada. Este es un argumento empleado frecuentemente por los medios iraníes cuando publican noticias que pueden enojar a la teocracia.
Canales satelitales extranjeros en lengua farsi publicaron videos aparentemente tomados por conductores en la importante ciudad de Isfahan donde tableros electrónicos mostraban leyendas como “¡Jamenei! ¿Dónde está nuestra gasolina?” o “Gasolina gratis en la gasolinera Jamaran”, una alusión a la casa del difunto líder supremo, el ayatolá Ruhola Jomeini.
El uso del número “64411” recuerda al ataque de julio contra el sistema ferroviario, cuando también se exhibió esa cifra. La firma de ciberseguridad israelí Check Point atribuyó más tarde el incidente a un grupo de hackers que se hacen llamar Indra, como el dio hindú de la guerra.