La caída de la capital azteca, el 13 de agosto de 1521, ha generado in-numerables resonancias, en su ma-yoría invenciones, propaganda o crónicas que carecen de rigor histó-rico, según Pedro Antonio García, autor del libreto del performance Ecos de la gran Tenochtitlan.
Esta obra, que tendrá su estreno mundial hoy con dos funciones en el recinto ex Teresa Arte Actual (Licenciado Verdad 8, Centro Histórico), a las 19 y 20:15 horas, está conformada por pregones, corales y arias recopilados de la poesía, crónica y cantos del México antiguo, con música de Marcela Rodríguez y Jomi Delgado.
“A la ciudad le ocurre lo mismo que a sus protagonistas, cuyas biografías son más cercanas a la leyenda que a la verdad y han motivado la duda, la investigación y una infinidad de interpretaciones”, apunta el escritor, guionista y publicista.
“Con la incertidumbre histórica como materia prima, durante cinco siglos se han producido un sinfín de ficciones en forma de obras de teatro, óperas, películas, pinturas, cómics, novelas. Son los ecos que regresan a la ciudad. Es el caso de Motezuma, por ejemplo, ópera de Vivaldi estrenada sobre las aguas de Venecia en 1733.”
A su decir, todas las fuentes sobre la llamada Conquista de México son más cercanas a la propaganda que a la crónica; podrían ser las primeras fake news del Nuevo Mundo.
“En la investigación para esta obra me di cuenta que la llamada ‘visión de los vencidos’ no es tal, sino en realidad es una visión dentro del marco de la Iglesia católica, de los jesuitas, franciscanos o dominicos. Y todas estas crónicas sobre Tenochtitlan pasaron por ese filtro.
“En los libros que documentan la Conquista, al referirse a los presagios, se advierte que son iguales a los de la caída de Jerusalén o la destrucción de Roma. Entonces se empieza a sospechar y ver las fuentes es frustrante. Servían de propaganda de los conquistadores, la Iglesia o la nueva administración.”
El trabajo de Pedro Antonio García para el performance operístico fue sacudir la carga propagandística y dejar que aflorara la belleza de la poesía del náhuatl clásico, en su traducción al castellano.
Lo logró convirtiendo los textos en pregones, los cuales fueron grabados en la modalidad poética del spoken word y que a lo largo de la obra se alternan con las cuatro arias escritas por Marcela Rodríguez y dos partes corales –una al principio y otra al final de la pieza– de Jomi Delgado.
La soprano Catalina Pereda , directora de la compañía Ópera Portátil, es la productora y responsable artística del montaje.