Ciudad de México. México llega a la próxima cumbre de cambio climático (COP 26) con el incumplimiento de tratados internacionales suscritos, como el Acuerdo de París y la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en los que se pactó la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), señalaron especialistas en materia ambiental.
Anaid Velasco, abogada del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), indicó que, incluso, se está incumpliendo con tratados en derechos humanos, “porque sabemos que los impactos en cambio climático, es decir, la pérdida de vivienda, la dificultad en el acceso al agua, las enfermedades y la pérdida de biodiversidad, constituyen violaciones” a las garantías individuales.
En la videoconferencia de prensa México rumbo a la cumbre de Cambio Climático, recordó que México se encuentra entre los 15 países que más emite GEI y de acuerdo con un análisis del Climate Action Tracker catalogó como “altamente insuficiente” la política climática del país para hacer frente al escenario de limitar el incremento promedio de la temperatura del planeta en 1.5 grados centígrados.
Por su parte, Daniela García Aguirre, especialista de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), destacó la importancia de incluir la reducción de los contaminantes climáticos de vida corta en las estrategias climáticas de los países para cumplir con dicho propósito.
Y es que mientras los contaminantes de vida corta, como el metano y carbono negro, permanecen “muy poco tiempo en la atmósfera”, la reducción de sus emisiones sí tiene repercusiones en el corto plazo, lo cual contribuiría a disminuir la velocidad del calentamiento global, puntualizó.
En cambio, explicó, aunque las fuentes de emisión de dióxido de carbono (CO2), que es el principal gas de efecto invernadero, se “apaguen hoy”, no habrá mucha diferencia porque puede permanecer siglos en la atmósfera. “Lo que hagamos hoy con estas emisiones, no lo veremos en los próximos 50 años”, subrayó.
García Aguirre detalló que si estas medidas se implementaran a escala global, se podría reducir las emisiones globales de metano en un 40 por ciento y las de carbono negro en un 80 por ciento para el 2030, lo cual ayudaría evitar el calentamiento global adicional de 0.5 grados centígrados para el 2050.
El mensaje es que al poner énfasis sobre los contaminantes de vida corta “mitigamos el cambio climático, mejoramos calidad del aire, y el mundo debe saber que hay opciones para hacerlo”, añadió.
Señaló que México sí ha incluido los contaminantes climáticos de vida corta en su política climática, en la Ley General de Cambio Climático de 2012 se definió este marco legal.
Pero, apuntó la especialista de la AIDA, “necesitamos que México que sea coherente y que coordine su agenda nacional e internacional”; que la estrategia del programa en cambio climático esté en línea con los compromisos que el país adquirió desde 2015 mediante su Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés), que son las metas voluntarias de reducción de emisiones, y “sea ambicioso” con las mismas.
Al respecto, Velasco indicó que si bien México fue pionero y el primer país en desarrollo en presentar sus NDC en 2015 al establecer una reducción de 22 por ciento de los GEI y 51 por ciento de carbono negro, repitió dichas metas en 2020, pero la diferencia es que cambian la línea base de medición, la forma y el año que se van a contabilizar las toneladas de gases contaminantes.
Sin embargo, comentó García Aguirre, en el programa sectorial de energía de 2020-2024 –que es un instrumento rector de política energética nacional-- se promueve el uso de combustóleo en la generación eléctrica y la quema de ese tipo de combustibles en el sector energético produce carbono negro.
Entonces “aún cuando México parecía ser pionero en políticas que guiaban a la mitigación de contaminantes climáticos de vida corta, es necesario mantener ese impulso y aumentar la ambición” de NDC.
La especialista de la AIDA refirió que si bien las emisiones de CO2 siguen siendo “predominantes”, el metano tiene un aporte de 24 por ciento en cuanto a los contaminantes climáticos (un cuarto de las emisiones de GEI de México) y tiene un potencial de calentamiento 29 veces mayor. La mayor cantidad de emisiones viene de la agricultura, siendo el principal emisor la ganadería, con 59 por ciento, y el sector residuos, con 29 por ciento.
En tanto que el carbono negro es un material particulado que tiene a su vez altos efectos nocivos en la salud de la población. Su impacto con relación al calentamiento del planeta es de 460 a mil 500 veces mayor que el CO2, “entonces hablamos de un problema urgente”, subrayó.
Los gases de efecto invernadero en la atmósfera subieron a niveles récord en 2020 a pesar de un descenso en emisiones nuevas debido a la pandemia, lo que pone en peligro el esfuerzo para limitar el aumento de las temperaturas. Vía Graphic News.