El Cairo., El ejército de Sudán tomó ayer el control del país tras disolver al gobierno de transición, horas después de haber arrestado al premier Abdala Hamdok. Miles de personas inundaron las calles para protestar por el golpe de Estado que amenaza el inestable avance de la nación africana hacia la democracia.
Las fuerzas de seguridad dispararon contra algunos de los manifestantes con saldo de siete muertos y 140 heridos, reportó el Comité Sudanés de Médicos.
La toma de poder sucede dos años después de que manifestantes forzaron la salida de Omar Bashir del poder (1993 a 2109) y sólo semanas antes de que el ejército entregara a civiles el liderazgo del consejo que gobierna al país, como establecía un acuerdo.
Después de los arrestos en la mañana del premier Hamdok y otros funcionarios, cuyo paradero se desconoce, miles de personas protestaron en las calles de Jartum, la capital, y de Omdurman (llamada ciudad gemela), bloquearon calles y prendieron fuego a neumáticos mientras las fuerzas de seguridad les lanzaban gas lacrimógeno.
La gente coreaba: “el pueblo es más fuerte, más fuerte” mientras el humo de los neumáticos en llamas hacía irrespirable el aire. En videos compartidos en redes sociales se veían grandes grupos de personas cruzando puentes sobre el Nilo rumbo al centro de la capital, mientras la embajada de Estados Unidos advertía que tropas del ejército bloqueaban varias partes de la ciudad.
La activista a favor de la democracia Dura Gambo dijo que fuerzas paramilitares persiguieron a manifestantes en algunos barrios de Jartum y que se escuchaban disparos esporádicos en muchas partes de la capital.
Registros de un hospital de la capital obtenidos por la agencia de noticias Ap indican que algunas personas fueron recibidas con heridas de bala.
Por la tarde, el jefe del ejército, general Abdel-Fatá Burhan, anunció en televisión nacional que disolvería el Consejo Soberano, el órgano de transición militar y civil formado para liderar al país desde la destitución de Bashir. El general comentó que las diferencias entre facciones políticas llevaron al ejército a intervenir.
Durante varias semanas, las tensiones fueron en aumento debido al ritmo y dirección de la transición a la democracia en Sudán, país en África vinculado por idioma y cultura al mundo árabe.
Burhan declaró el estado de emergencia y adelantó que el ejército designará un gobierno tecnocrático para dirigir al país rumbo a las elecciones, programadas para julio de 2023, pero dejó claro que el ejército permanecerá a cargo.
“Las fuerzas armadas continuarán realizando una transición democrática hasta que se entregue el liderazgo del país a un gobierno civil electo”, indicó. Y agregó que se rescribiría la Constitución y se formará un órgano legislativo con la participación de los “hombres y mujeres jóvenes que hicieron esta revolución”.
El Ministerio de Información, todavía leal al gobierno disuelto, informó que el discurso fue el “anuncio de una toma de poder por un golpe militar”.
En Washington, la vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, manifestó que Estados Unidos está “profundamente alarmado por los reportes de una toma de poder militar” y pidió la liberación inmediata del premier y los otros funcionarios.
“Las acciones de este lunes se oponen enérgicamente al deseo del pueblo sudanés y a sus aspiraciones de paz, libertad y justicia”, expresó Jean-Pierre.
El vocero del Departamento de Estado, Ned Price, anunció la suspensión de una ayuda financiera de 700 millones de dólares a Sudán e instó a los “mando militares a liberar de inmediato a todos los actores políticos, a protegerlos y dejar de recurrir a la violencia”.
Michelle Bachelet, alta comisionada de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, manifestó que teme “un desastre si Sudán retrocede, tras décadas de dictadura”.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó el “golpe de Estado militar” y exigió que se respete la carta constitucional.
Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, instó a la comunidad internacional a “volver a encarrilar la transición sudanesa”, y la Liga Árabe llamó a todas las partes a respetar el acuerdo de reparto de poder.
Frente a estos llamados, el general Burhan dijo que el país respetaría los acuerdos internacionales firmados. Sudán es uno de los cuatro países árabes que normalizó recientemente las relaciones con Israel.