El costo de la vivienda ha estado exento de la crisis económica iniciada por la pandemia de coronavirus. Sólo el año pasado aumentó en prácticamente cuatro de cada cinco países a los que da seguimiento el Fondo Monetario Internacional (FMI) y dicha tendencia continúa, advirtió el organismo.
Bajas tasas de interés, apoyos fiscales y la necesidad de los trabajadores de laborar desde casa empujaron al mercado inmobiliario, que incluso se ha impuesto frente a la caída de los salarios. En el caso de México, el precio de la vivienda avanzó 29.6 puntos porcentuales por encima de las rentas, documenta el FMI.
México es uno de los países donde el costo de la vivienda ha escalado más que las rentas, sólo por debajo de Luxemburgo, Letonia, República Eslovaca, Portugal, Rusia, Hungría, República Checa, Alemania, Canadá y Holanda, entre las economías que supervisa el organismo.
Si bien el costo de la vivienda en México subió 1.1 por ciento anual, en el último trimestre de 2020 no es de los países con las inflaciones más altas en este rubro. El FMI exhibe que en 49 de las 63 economías que monitorea aumentó el precio de la adquisición de un hogar.
En Turquía y Luxemburgo estos costos aumentaron 13.2 por ciento y 12.8 por ciento, respectivamente, y en Croacia, 7.9 por ciento. De hecho, las 10 economías donde más subió la vivienda el año pasado son europeas.
A nivel global “las bajas tasas de interés contribuyeron al auge de los precios de la vivienda, al igual que el apoyo político proporcionado por los gobiernos y la necesidad de los trabajadores de laborar desde casa”, detalló el FMI en un texto que divulga una de sus investigaciones.
Subraya que en muchos países, incluido Estados Unidos, las búsquedas de viviendas en línea alcanzaron niveles récord. Estos factores de demanda empujaron los precios, mientras las interrupciones de la cadena de suministro subieron los costos de insumos para la construcción.
Sin embargo, el alza en el precio de la vivienda se dio con una baja en ingresos que la hacen cada vez más inasequible para algunos segmentos y “también podría contribuir a presiones inflacionarias más persistentes”, agrega.