Con el mensaje “Ya está aquí #CrisisCliMéxico”, activistas de Greenpeace desplegaron ayer una manta acuática de 6 por 25 metros en una laguna costera en las inmediaciones del complejo energético de Torno Largo y Dos Bocas, Tabasco, para exhibir que el cambio climático no ha sido una prioridad del gobierno federal de este sexenio ni de los anteriores.
La imagen muestra infraestructura fósil del pasado, pero también la enorme apuesta que hace la actual administración por los combustibles fósiles, representada en la refinería más grande del país, paradójicamente situada en esa entidad, una de las más vulnerables al cambio climático.
En un comunicado, la organización indicó que el proyecto Dos Bocas ancla al país por lo menos 20 años a un modelo intensivo en emisiones de gases de efecto invernadero, equivalentes a la tala de 183 millones de árboles.
“La acción climática de México ha pasado de ser insuficiente a altamente insuficiente, debido a la creciente participación de los combustibles fósiles dentro la política económica, energética e incluso en la política climática, que desde 2019 ha enfocado la mayoría de los recursos destinados a adaptación y mitigación al cambio climático al transporte de gas”, señaló Pablo Ramírez, especialista en energía y cambio climático de Greenpeace.