Madrid. El barco Geo Barents, de Médicos sin Fronteras (MSF), rescató ayer a casi un centenar de migrantes en aguas del Mediterráneo, con lo suman 396 a los que salvó el fin de semana, en momentos en que la embarcación Aita Mari se dirigía a Trapani, en Sicilia, con 105 indocumentados a bordo, tras haber recibido la autorización para desembarcar.
En el puerto siciliano de Pozzallo bajaron más de 400 persnas rescatadas por la ONG Sea Watch el pasado día 19. “Los últimos invitados del Sea Watch 3. Acabamos de dejar nuestro barco a salvo. Estamos muy aliviados de haber podido completar con éxito esta semana difícil y desafiante y traer a más de 400 personas a salvo a tierra ¡Les deseamos todo lo mejor y mucha suerte!”, tuiteó con una foto la OGN alemana.
MSF informó haber auxiliados a 95 personas en el Mediterráneo con su barco de salvamento, y suma ya 296 personas a bordo contando las operaciones realizadas durante los últimos días.
“Entre los sobrevivientes hay muchas mujeres y niños. El equipo de MSF está brindando asistencia médica y apoyo sicológico”, informó la ONG en su cuenta de Twitter.
Relató que logró intervenir antes de la llegada de la Guardia Costera, “lo que podría haber expuesto a los migrantes a un retorno a la violencia, a la explotación y al abuso” en Libia y precisó: “todos han sido rescatados”.
Horas antes, la Guardia Costera de Libia interceptó un barco en peligro y llevó a los migrantes a los inseguros centros de detención del país norteafricano, añadió MSF.
Mientras, Salvamento Marítimo Humanitario (SMH) reportó que en el barco guipozcoano Aita Mari lleva a 105 migrantes rescatados el pasado 19 de octubre al puerto de Trapani. Las tripulación relató que los migrantes contaron que fueron sometidos a “torturas, extorsiones y malos tratos en Libia”.
SMH denunció que “la política migratoria de la Unión Europea, de contención y colaboración con terceros estados, como Libia, para la devolución de seres humanos a esas condiciones es cruel, inhumana e ilegal”.
El papa Francisco llamó a poner fin a la práctica de devolver a los migrantes rescatados en el mar a Libia y otros países inseguros donde sufren “violencia inhumana”, y pidió a la comunidad internacional que encuentre formas concretas de gestionar los flujos migratorios en el Mediterráneo.
“Expreso mi cercanía a los miles de migrantes, refugiados y otras personas que necesitan protección en Libia”, dijo Francisco a los creyentes reunidos en la Plaza de San Pedro. “Nunca los olvido, escucho su llanto y rezo por ustedes”.
En este contexto, Alemania anunció un refuerzo de sus controles fronterizos ante la llegada constante de migrantes provenientes de Bielorrusia y Polonia, y consideró “legítimas” las medidas similares adoptadas por el gobierno polaco.
El anuncio se hizo después de que la policía alemana intervino en la frontera con Polonia durante la madrugada de ayer para dispersar a la milicia de ultraderecha que quería patrullar esa zona para expulsar a los migrantes que tratan de entrar a Alemania.
La policía dispersó a unos 50 simpatizantes ultras que se desplazaron hasta Brandeburgo, en el este de Alemania, ante la llamada del grupo neonazi Tercera Vía, considerado violento y peligroso por los servicios de inteligencia.
Durante esta operación policial, requisaron un machete, una bayoneta, palos, bombas de aerosoles y gas pimienta.
En este contexto, el ministro alemán del Interior, Horst Seehofer, indicó que reforzarían los controles en la frontera con Polonia con el despliegue de unos 8 mil policías suplementarios.
De acuerdo con las autoridades alemanas, más de 5 mil migrantes llegaron este año a Alemania desde Bielorrusia pasando por Polonia.
Polonia pidió 350 millones de euros (407 millones de dólares) para construir un muro en su frontera con Bielorrusia.
Desde agosto pasado, miles de migrantes, la mayoría procedentes de Medio Oriente, intentaron llegar a los países de la Unión Europea a través de Bielorrusia.
Los dirigentes europeos sospechan que este fenómeno es incentivado por Minsk en represalia a las sanciones impuestas por la UE a las autoridades bielorrusas.