Desde que el Ejecutivo federal envió al Congreso su iniciativa de reforma en materia energética, voceros de la industria minera, supuestos especialistas e incluso autoridades han desestimado la importancia de la propuesta de adición al artículo 27 constitucional en la que se prohíbe otorgar concesiones para la explotación de “minerales radiactivos, litio y demás minerales considerados estratégicos para la transición energética”. Para los agentes referidos, la propiedad y aprovechamiento público de estos recursos sería de escasa relevancia, toda vez que, afirman, los yacimientos de litio ubicados en México son pocos y de difícil extracción.
Estas apreciaciones son desmentidas por la investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Violeta Núñez Rodríguez, quien proporcionó a este diario datos esclarecedores en torno a la presencia en nuestro país del mineral llamado a ser “el petróleo del siglo XXI”. Para la especialista en minería, no es casualidad que México esté en el radar de las grandes empresas y los países más interesados en la explotación de litio: el Servicio Geológico de Estados Unidos nos coloca entre las 10 naciones con mayores reservas en el mundo; Australia incluye parte del territorio mexicano entre las grandes franjas de mineral que tiene identificadas a escala global, y Ganfeng Lithium, la productora más grande del mundo, nos ubica entre los únicos cinco países con potencial comercial.
Núñez Rodríguez también señaló que el potencial mexicano en la materia es conocido desde hace más de 40 años, pues a finales de la década de 1970 el gobierno impulsó un programa de exploración nacional denominado “Proyecto Litio”, en el transcurso del cual los técnicos y científicos del hoy Servicio Geológico Mexicano (SGM) dieron cuenta de la riqueza del mineral en el país, y ya entonces vislumbraron su futuro papel estratégico en la fabricación de baterías eléctricas de larga duración y de recargas múltiples. Esta oportunidad de participar en una industria que en ese momento era de vanguardia y que hoy se ubica entre las más importantes a escala mundial se truncó, dice nuestra entrevistada, por la llegada a la administración pública mexicana del enfoque neoliberal, ideología que libra el control sobre los recursos naturales al capricho de la iniciativa privada. Así, el litio quedó en el olvido hasta que, ya en el presente siglo, las áreas con mayor potencial extractivo fueron entregadas en concesión a compañías privadas, sin que por ahora alguna de ellas sea aprovechada.
La historia del descubrimiento, olvido y entrega del litio refleja el carácter inoperante y hasta contraproducente del modelo neoliberal como palanca del desarrollo, así como la relevancia y oportunidad de la iniciativa de reforma constitucional que tienen en sus manos los legisladores; importancia que se da desde luego en el ámbito económico, pero también en el de la transición energética y la lucha contra el cambio climático. Con esta propuesta, se actúa a tiempo para salvaguardar un recurso estratégico, de tal forma que la sociedad mexicana en su conjunto pueda beneficiarse con la riqueza del subsuelo y se evite que ésta permanezca ociosa o sirva para la especulación y el lucro de unos cuantos.