El heavy metal, en su primer momento, fue sólo música, ahora ha engendrado una multiplicidad de oficios, gracias a que es un arte en sí, pues además de denunciar las injusticias y desigualdades sociales, las violencias hacia los pueblos originarios o en los barrios marginales citadinos, critica a la religión, pero también le canta al heroísmo, a la amistad, habla de seres míticos, fantásticos, lo cual ha sido consignado por diversas investigaciones académicas alrededor del mundo.
Sin embargo, en pleno siglo XXI, todavía existen esos oscuros y retrógrados pensamientos conservadores que ven a este género musical y a sus manifestaciones creativas como expresiones satánicas, violentas, de drogadictos, entre otras “linduras” que, gracias a la difusión de la cultura metálica desde distintas plataformas, como la académica o la periodística, poco a poco van quedando en meras anécdotas.
Feria del Libro Heavy en Buenos Aires
Uno de estos esfuerzos que se han mantenido pese a los vaivenes socioculturales y políticos, e incluso sanitarios, que han asolado recientemente al mundo, es la Feria del Libro Heavy en Buenos Aires, en Argentina, que en su octava edición apuesta por difundir, como lo ha venido haciendo, la cultura metalera latinoamericana.
Gran fanático del heavy metal, Gito Minore, además de ser un prominente poeta y narrador, es quien organiza, junto con su pareja María Inés Martínez, este festín dedicado a la cultura metálica. Celebrada desde 2013, esta iniciativa surge a raíz de la inquietud de ambos por ampliar las miras en torno a la difusión de las manifestaciones de esta poderosa música.
“Dirigíamos un centro cultural llamado La imaginería, en el barrio de Boedo, donde realizábamos recitales de poesía, muestras de arte, conciertos, obras de teatro, entre otras actividades. Anteriormente, había publicado el libro Tren Loco. 20 años. Pogo en el andén, biografía de esta icónica banda argentina y, pese a que tuvo muy buena aceptación, sentía que, en ese entonces, algo faltaba, las librerías aún no admitían en sus estantes estos géneros, por lo que quería hacer una mesa redonda de libros de heavy metal”, explicó Gito.
Recordó que en esa época no había muchos títulos relativos al género, pero se interesó por convocar a los autores para hablar sobre los libros, dándose cuenta que había mucha más gente relacionada con la cultura metálica y expresiones como el cine, la fotografía, las artes visuales, por lo que decidió llevar a cabo la Feria del Libro Heavy.
Este esfuerzo, al igual que otros en la región, como el Festival Internacional de Cine y Metal (Ficime), en Bogotá, Colombia, así como los trabajos académicos de diversos investigadores, han ayudado a que los estigmas en torno al metal se vayan diluyendo poco a poco. “En los años ochenta y noventa, del siglo pasado, la palabra heavy era consideraba mala, se le relacionaba con ruido, era denostada, pero a partir de los años dos mil, cobró un valor inusitado en las sociedades, ahora abundan las investigaciones en torno a esta música, libros sobre ella, cintas al respecto, en todo el continente y el mundo entero”.
De esta forma, la feria se ha convertido en un espacio de circulación y legitimación de todo el metal latinoamericano, no sólo argentino. Es un lugar para compartir, para que cada participante, desde su mirada, ya sea sociológica, literaria, jurídica, sicoanalítica, aborde esta música y su cultura.
Como testimonio de este encuentro se han editado las memorias y ponencias de las ediciones anteriores, a las que se ha titulado Cultura Metálica, cuyo séptimo volumen será presentado en esta octava versión. Muchos de los participantes en la feria, posteriormente publicaron sus propios libros y se han sumado a este esfuerzo.
Esta edición se celebró el sábado 16 de octubre, en el Centro Cultural El Quetzal, de la ciudad de Buenos Aires, al igual que las anteriores, recibe ponencias, mesas redondas y presentaciones de libros, donde participarán autores de la escena local, además, de contar con la presencia de estands de editoriales, sellos discográficos y artículos relacionados al género.
Gito Minore destacó la realización de nueve ponencias, la presentación de libros como Cultura metálica 7; Impenitentes, tercer volumen del Grupo de Investigación Interdisciplinaria sobre el Heavy Metal Argentino (Giihma), así como Guerra, justicia y heavy metal. Apuntes sobre la historia social del heavy metal, de Ariel Panzini, entre otros, además, de la actuación de la banda Ironía.
Conferencias como “Apropiaciones y tráficos entre el metal y la literatura”, a cargo de la editorial Muerde Muertos; “Ni stoner ni sicodelia. Sobre los comienzos del doom en Argentina”, de Exequiel Nuñez; “Lo que tantos intentan no ver, lo que muchos quieren tapar: heavy metal, colonialismo cultural y el rol de la música en el marco de las guerras de invasión imperialistas”, por parte de Ariel Panzini y “Pandemia, militancia y escritura. Apuestas impenitentes en el metal argentino y latinoamericano”, de Emiliano Scaricaciottoli y Manuel Bernal, del Giihma, son algunos de los temas a debatir en este acto cuyo acceso es gratuito, pero con capacidad limitada, debido a los protocolos sanitarios por Covid-19.
“El heavy metal ha dejado de ser el eterno adolescente para madurar, pese a ello, continúa siendo joven, porque se va nutriendo de lo nuevo, no ha envejecido, cuenta con distintos subgéneros y temáticas que otros no tienen, lo que lo revitaliza”, finalizó.