Ciudad de México. Inspirados en nuestra ancestral tradición de muertos y en memoria a las personas que fallecieron a causa de la epidemia de Covid 19, en familia y con el apoyo de amigos y trabajadores, comerciantes establecidos comenzaron a colocar sus ofrendas y altares de muertos en el Centro de la Ciudad en medio de acerrin de colores, papel y madera picados, flores de maíz y cempasúchil a base flores de papel crepé y calacas, todo hecho a mano.
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Una de ellas la ofrenda “Quítense qué hay les voy”, en el pasaje Pimentel, contendrá como lo marca la tradición ocho elementos: un arco que representa la entrada y salida del paraíso, aromas ya sea con copal o incienso lis aromas que se emitan servirán para la purificación del alma y el espacio.
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Deben incorporarse también los artículos favoritos del difunto, cosas que los representen lo que ayudará al difunto a recordar momentos de su vida.
Van también las famosas calaveritas de azúcar que representan el sentido del humor conque los mexicanos vemos a la muerte, actualmente también se ponen de chocolate o de amaranto.
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Un camino de flores también debe ir en la ofrenda mundo que se forma con pétalos de flores de cempasúchil para guiar a nuestros muertos al altar.
Las flores por excelencia son las de cempasúchil en color amarillo y naranja. Flor que representa al sol y ayuda a guiar el alma hasta la ofrenda por su singular olor. También se utiliza la flor de terciopelo que por su color morado o fucsia simboliza el duelo.
El altar también debe llevar un mantel blanco que representa el cielo y la pureza, hoy en día también se utilizan otros colores como fondo, incluido combinar diferentes color por nivel.
No puede faltar un perro xoloitzcuintle que por su color negro ayude a cruzar a las almas el río del inframundo.
Además la ofrenda se compone de siete niveles en el primero va la imagen de un santo o la virgen o bien una cruz.
En el segundo nivel para que las ánimas salgan del purgatorio se coloca un vaso de agua y un espejo el cual sirve para que el anima se vea y no se olvide que esta muerto y así no se quede vagando en este mundo.
En tercer nivel se coloca sal que ayuda a purificar el espíritu de los niños y para que no se corrompa el cuerpo de lis muertos.
En el cuarto nivel va el pan de muerto que simboliza la eucaristía. En el quinto nivel va la comida, bebida y fruta de preferencia de los difuntos.
En el sexto nivel se coloca una fotografía de la persona a a la que se le hace la ofrenda y en el séptimo nivel una cruz para que el difunto expié sus culpas.
En esta lúdica mañana dominical tampoco faltaron las calaveritas que los comerciantes también están colocando a lado de sus ofrendas. Al concurso de altares convocado por la Autoridad del Centro Histórico se inscribieron 120 comercios.