Managua. El escritor nicaragüense Sergio Ramírez, sobre quien pende una acusación penal y una orden de captura del gobierno de Daniel Ortega, informó ayer que decidió exiliarse en España, país que le otorgó la ciudadanía hace tres años.
“Nos quedamos en España. Tengo pasaporte español”, dijo el novelista, Premio Cervantes de Literatura 2017.
El autor de Castigo divino y Margarita, está linda la mar viajó a Madrid el mes pasado junto con su esposa para presentar su novela más reciente, Tongolele no sabía bailar, en la Feria Internacional del Libro, y para recibir la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes, pero esta última actividad fue suspendida por problemas de salud.
El escritor, de 79 años, presentó una repentina dolencia cardiaca, por lo que los médicos le recomendaron guardar reposo. Sin embargo, informó que ya se encuentra “muy recuperado” y que el lunes recibirá la condecoración del Círculo de Bellas Artes en la capital española.
Ramírez fue miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional que asumió el poder en Nicaragua tras el triunfo de la revolución sandinista el 19 de julio de 1979 y posteriormente fue vicepresidente del primer gobierno de Ortega, entre 1985 y 1990.
Sin embargo, a mediados de la década de 1990 rompió con el Frente Sandinista por disentir con el liderazgo de Ortega y fundó un movimiento disidente junto con ex guerrilleros, diputados e intelectuales, como Gioconda Belli y Ernesto Cardenal.
El 9 de septiembre, Ramírez fue acusado de “realizar actos que fomentan e incitan al odio y la violencia” por la Fiscalía de Nicaragua, que giró una orden de detención en su contra y allanamiento de su residencia.
El escritor, que ya se encontraba fuera de Nicaragua, denunció una “persecución” que atribuyó a la publicación de la novela más reciente, debido a que alude a la represión gubernamental de la revuelta social de 2018, según explicó. Dijo que el libro fue retenido en la aduana por el gobierno de Ortega y ha sido prohibido en este país.
La acusación contra el reconocido novelista coincidió con el arresto de más de 30 opositores entre líderes políticos, empresarios, estudiantes y siete aspirantes a la presidencia que planeaban disputar el poder a Ortega en los comicios del 7 de noviembre.
La decisión de Ramírez de exiliarse en España se produjo pese a que antes anunció que se radicaría en Costa Rica, donde siete ex presidentes pidieron a la Asamblea Legislativa otorgarle la Ciudadanía de Honor, decisión que finalmente no se concretó.
Ramírez ganó el Cervantes en noviembre de 2017 y en abril de 2018, durante la ceremonia de entrega del premio en Madrid, el Consejo de Ministros de España le concedió la ciudadanía. En ese momento el escritor agradeció el gesto y anunció que planeaba continuar viviendo en Nicaragua.