Ginebra. La pandemia evidenció las deficiencias de los sistemas de protección social en América Latina y el Caribe, advirtió ayer la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y destacó la necesidad de mejorar su cobertura, suficiencia y sostenibilidad para contribuir a mitigar el aumento de la pobreza y las desigualdades.
La gran mayoría de los trabajadores de la región no contaba con seguros de desempleo ni con otras maneras de compensar ingresos. El número de personas que cotizaron en los sistemas contributivos de protección social cayó 7.9 por ciento y 30 por ciento de los mayores de 65 años no tienen ingresos ni pensión.
Antes del inicio de la epidemia sólo 56 por ciento de los habitantes de la región estaban cubiertos por algún tipo de protección social y los sistemas contributivos, que dependen de las cotizaciones de los trabajadores y empleadores, únicamente incluían a 46 por ciento de los ocupados.
En América Latina los efectos negativos de la crisis sanitaria en términos de productividad, empleo y capital humano pueden “tomar muchos años en revertirse”, indicó el Fondo Monetario Internacional (FMI). “Vemos que tomará algún tiempo, quizá ni siquiera en nuestro horizonte de pronóstico de cinco años, para que el producto interno bruto (PIB) de la región regrese a la tendencia anterior a la crisis”, dijo el director interino del departamento de las Américas del FMI, Nigel Chalk.
Para 2021, el FMI subió su previsión de crecimiento para Latinoamérica y el Caribe a 6.3 por ciento, 0.5 puntos porcentuales más que lo estimado en julio. Pero para 2022 revisó a la baja su proyección, a 3 por ciento.
Y antes de la pandemia, el crecimiento de Latinoamérica y el Caribe ya había sido tildado de “anémico”, con una expansión del PIB de apenas 0.1 por ciento en 2019 y 1.2 por ciento en 2018.
“Los países deben prepararse para que esta recuperación no sea un camino lineal. En cambio, deben anticipar un camino largo y sinuoso”, señaló Chalk.
El panorama actual incluye un desigual repunte del empleo, con mayor impacto en los jóvenes, los menos educados y las mujeres, incertidumbres sobre la productividad y un “daño importante” al capital humano por el cierre prolongado de las escuelas, según el informe.
También persisten “desafíos” en el sector del turismo, especialmente en el Caribe, donde “es probable que la cantidad de visitantes este año sólo alcance alrededor de 60 por ciento de los niveles anteriores al Covid-19”.
Para Chalk, esto no supone “necesariamente” un estancamiento, pero destacó el “muy fuerte” impacto de la pandemia en la región, con “aumentos sustanciales” de la pobreza, la clase media “en una situación cada vez más precaria” y “muchas tensiones sociales”. “No creo que esté predeterminado que a la economía le vaya mal, pero se necesitarán algunos esfuerzos de políticas para revertir el daño causado por el coronavirus”, opinó.
La recuperación tras la pandemia, impulsada por combustibles fósiles, tendrá como consecuencias el agravamiento de la inseguridad alimentaria y la crisis climática y sanitaria que amenazan a millones de personas, según el informe “The Lancet Countdown”, de la revista médica The Lancet, el mayor estudio anual de los impactos del cambio climático en la salud publicado ayer.
El informe determinó que hasta 19 por ciento de la masa terrestre fue afectada por sequías extremas en 2020 y advirtió que el cambio climático amenaza la seguridad alimentaria, que ya afecta a más de 2 mil millones de personas.
Además, las poblaciones de 134 países están en mayor peligro de incendios forestales que en cualquier otro momento de la historia, y millones de agricultores y trabajadores de la construcción pierden ingresos por el creciente número de días de calor extremo.
El cambio climático también crea condiciones más propicias para enfermedades infecciosas, como el dengue, el zika, el cólera y la malaria, que hace algunas décadas, señaló el estudio.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la pandemia ha matado entre 80 mil y 180 mil trabajadores sanitarios hasta mayo de este año e insistió en que se les debe dar prioridad en la campaña de vacunación.
Estados Unidos donó 200 millones de vacunas para ayudar a proteger al resto del mundo, informó la Casa Blanca.
Tercera dosis de Pfizer, con eficacia de 95.6%
Una tercera dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech tiene una eficacia de 95.6 por ciento contra las formas sintomáticas de la enfermedad, según un estudio realizado por los dos laboratorios publicado ayer.
La pandemia ha dejado en el mundo 242 millones 385 mil 453 casos confirmados y 4 millones 927 mil 662 fallecimientos, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins.