París. Las personas más adineradas contaminan mucho más que las más pobres del planeta, y deberían pagar impuestos específicos para compensarlo, según un estudio del World Inequality Lab (WIL) publicado ayer, antes de la cumbre climática COP26.
El 1 por ciento más rico del mundo emitió en promedio 110 toneladas de CO2 por persona en 2019, detalla el estudio realizado por el economista Lucas Chancel, codirector del WIL en la Escuela de Economía de París.
Ello representa 17 por ciento de las emisiones mundiales de CO2 de ese año. El conjunto de esas emisiones proviene de los hábitos de consumo e inversión de esta categoría de la población, según el WIL.
Además, mientras el 10 por ciento más acaudalado del mundo genera la mitad de las emisiones planetarias, la mitad más pobre de la población apenas es responsable de 12 por ciento del global, una media de 1.6 toneladas de carbono por persona.
“Hay una fuerte desigualdad en los aportes al problema climático", declaró Chancel a la agencia de noticias Afp, proponiendo tasar con impuestos ecológicos progresivos en función de la riqueza.
“Los gobiernos necesitan nuevas fuentes de ingresos par invertir en infraestructuras verdes y una forma de conseguirlas es por medido de impuestos ecológicos progresivos”, indicó.
“Ello podría ser políticamente más viable que los impuestos sobre el consumo de carbón, que golpean duramente a los grupos de menos ingresos y no ayudan a reducir las emisiones de los más ricos”, agregó.
Entre las soluciones propuestas, el informe defiende tomar en cuenta las emisiones individuales en las políticas públicas para focalizar los comportamientos contaminantes.
El estudio denuncia que el peso de las políticas climáticas recae en las clases más humildes y defiende poner “más énfasis” en los grupos más ricos; plantea, por ejemplo, “instrumentos dirigidos a inversiones en actividades contaminantes”.
La directora ejecutiva de Greenpeace, Jennifer Morgan, advirtió que países y empresas en la cumbre en Glasgow intentarán el “encubrimiento verde” de sus índices de contaminación del planeta.
En tanto, un reporte del gobierno del presidente estadunidense, Joe Biden, señaló que el agravamiento de los cambios climáticos requiere de que Estados Unidos haga mucho más para vigilar, aliviar y manejar los flujos de refugiados que escapan de desastres naturales.
El reporte recomienda una gama de pasos: hacer más para vigilar inundaciones y otros desastres que pueden crear refugiados climáticos, dedicar ayuda estadunidense que permita a las personas superar tormentas y sequías en sus propios países y examinar protecciones legales para refugiados forzados a dejar su país, en parte por el empeoramiento del clima.
Llama además a la creación de una fuerza especial para coordinar la respuesta de Estados Unidos a los cambios climáticos y la migración, desde científicos hasta ayuda y funcionarios de seguridad.
Cada año, los huracanes, la falta de lluvias de temporada y otros desastres climáticos repentinos obligan a un promedio de 21.5 millones de personas a dejar sus hogares a escala internacional, de acuerdo con cifras del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados.
En Bogotá, el secretario estadunidense de Estado, Antony Blinken, aseguró que el gobierno de su país lanzará un pacto regional para reducir la deforestación en toda la Amazonia, en un esfuerzo por mitigar una de las causas del calentamiento global.