Beirut. El grupo militante Estado Islámico se adjudicó este viernes una explosión que derribó el tendido eléctrico y dejó a la capital de Afganistán a oscuras.
El apagón del jueves fue un nuevo golpe a los esfuerzos de los talibanes por estabilizar Afganistán, a dos meses de su ascenso al poder.
En un comunicado divulgado por sus redes en la aplicación Telegram, el Estado Islámico-Khorosan (EI-K) dijo que "los soldados del califato detonaron una bomba en una torre de electricidad en Kabul".
La explosión afectó una línea de alta tensión que distribuye electricidad importada a Kabul y otras provincias.
Afganistán depende de la electricidad importada de sus vecinos norteños Uzbekistán y Tayikistán, por lo que las líneas de transmisión que atraviesan el país son un blanco predilecto de los insurgentes.
Los talibanes han prometido combatir a EI-K pero el grupo continúa realizando ataques devastadores en todo Afganistán.