Londres. Mucho antes de que Cristóbal Colón cruzara el Atlántico, ocho construcciones con entramado de madera y cubiertas de césped se levantaban en una terraza sobre una turbera y un arroyo en el extremo norte de la isla canadiense de Terranova, evidencia de que los vikingos habían llegado primero al Nuevo Mundo. Sin embargo, el momento preciso en que los vikingos viajaron para levantar el asentamiento en L’Anse aux Meadows no estaba claro hasta ahora.
Científicos de la Universidad de Groninaga de los Países Bajos dijeron ayer que un nuevo tipo de técnica de datación, que utiliza una tormenta solar de hace mucho tiempo como punto de referencia, reveló que el asentamiento fue ocupado en 1021 después de Cristo, exactamente hace mil años y 471 años antes del primer viaje de Colón. La técnica fue utilizada en tres piezas de madera cortada para el asentamiento, y todas apuntaron al mismo año. El asentamiento ofrece la evidencia más antigua conocida de un cruce trasatlántico, realizado miles de años después de que entraron a América del Norte a través de un puente terrestre que una vez unió a Siberia con Alaska.