Se estima que en el país hay alrededor de 9 millones de personas que consumen diariamente agua con arsénico, en cantidades que superan 2.5 veces las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y éste es uno de los factores de cáncer de mama que no se habían considerado, sostuvo Lizbeth López, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
Al presentar avances del estudio sobre Contaminación ambiental, estilo de vida y cáncer mamario, la especialista explicó que en México las mujeres jóvenes están siendo más afectadas por este problema de salud, a lo que suma que desde 2018 el presupuesto dedicado a la atención del cáncer mamario cayó, en 2020 representó apenas 0.07 por ciento del presupuesto federal de salud, y los recursos se enfocan a la detección oportuna.
En la videoconferencia Síntesis sobre políticas de salud, en esta ocasión con el tema de salud ambiental convocada por el INSP, explicó que la incidencia del cáncer de mama no se ha revertido, lo que significa que los factores de riesgo que lo determinan no se han modificado, por lo que investigar las causas es una prioridad.
Sostuvo que hay evidencias de que hay factores del estilo de vida que en el país determinan la incidencia de esta enfermedad, como son la terapia de remplazo hormonal, obesidad, dieta y consumo de alcohol, además de que hay nuevos aportes como los contaminantes ambientales presentes en el agua, como el arsénico, así como el bisfenol y los ftalatos, componentes químicos que no están regulados en el país y se ocupan en utensilios para cocina, además de materiales que se utilizan en cosméticos.
A todo ello se suma que el aumento de peso cerca de la menopausia se asocia con cáncer mamario, 47 por ciento de mujeres de entre 50 y 60 años son obesas, agregó.
Consideró que se requiere desarrollar un programa intersectorial para la prevención de las causas ambientales y del estilo de vida para enfrentar el cáncer mamario, además de incluir en la Estrategia Nacional de Lactancia Materna un componente de difusión de sus beneficios para prevenir la enfermedad, así como modificar la norma de calidad del agua en cuanto a contenido de arsénico de acuerdo con los lineamientos de la OMS.
A su vez, Marlene Cortez Lugo, al presentar avances del Grupo de Minería y Sitios Contaminados, dijo que el país es donde hay más conflictos socioambientales por esta actividad en América Latina, lo cual genera deterioro a los ecosistemas, contaminación de recursos naturales, desplazamiento de la población y degradación ambiental. Entre los efectos a la salud que provoca están los riesgos gestacionales y de desarrollar algún tipo de cáncer, además de impactos neurocognitivos y genotóxicos.