Hace un par de meses, en su mensaje inaugural de la asamblea anual del Sistema Universitario Jesuita de México (SUJ), el prepósito general de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa SJ, recordó que para los jesuitas no existe educación sin contexto, que éste está al principio y al final del acto educativo entendido como un proceso histórico nunca acabado; y, retomando al rector mártir de la UCA, Ignacio Ellacuría, subrayó que, quizá con mayor urgencia que nunca, la realidad debe ser la principal asignatura del apostolado intelectual de las universidades jesuitas. Bajo ese espíritu, ayer las instituciones agrupadas en el SUJ inauguraron en el campus del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (Iteso) en Guadalajara, el Foro de Derechos Humanos que esta edición se dedica a abordar la problemática de las deudas, capacidades y voluntades del Estado.
Como es bien sabido, a lo largo de su historia las universidades jesuitas han dedicado importantes esfuerzos, tanto educativos como políticos, a acompañar las causas de los grupos y personas más desfavorecidas de nuestra sociedad; para ellas, la defensa y la promoción de la justicia social han sido y son la expresión más exigente del sentido de su vocación y misión educativa. En el contexto de esa convicción característica, desde la década de 1990 se ha impulsado en las universidades jesuitas una agenda para favorecer la presencia transversal de los derechos humanos en sus tareas sustantivas de formación, investigación, vinculación e incidencia, como respuesta ante las crecientes problemáticas sociales y los casos de violaciones a derechos humanos en nuestro país, que han evidenciado de manera cada vez más severa la inefectividad del Estado para procurar la vigencia de condiciones de justicia para toda la población.
En ese contexto se creó en 1994 el Foro de Derechos Humanos del SUJ, foro que se celebra bienalmente con la finalidad de visibilizar, reflexionar y dialogar, desde distintas perspectivas, las realidades y problemáticas de los derechos humanos en México y para concebir estrategias para ofrecer un mejor seguimiento y acompañamiento a las víctimas y sus luchas, en búsqueda de procurar una mayor efectividad sobre los marcos de exigibilidad de los derechos humanos en el sistema de justicia del país.
El de este año es ya el decimocuarto Foro de Derechos Humanos y en esta ocasión se han organizado los espacios de diálogo con actores sociales y especialistas en torno de tres ejes que corresponden a grandes problemáticas de nuestro contexto actual. El primero es la seguridad, en el que se busca reflexionar en torno de la ola de violencia en el país que no deja de crecer y sobre la fallida estrategia de militarización, que también ha ido en aumento desde 2006, pero que no se ha traducido en la reconstrucción de tejidos sociales, en mejores estrategias de prevención de la violencia y que, definitivamente, no ha abonado para arraigar y construir en nuestra sociedad una auténtica cultura de paz. Este eje de discusión se ha tornado urgente sobre todo en este momento en que la apuesta por un modelo de seguridad de corte militar y no de seguridad ciudadana, pone en riesgo diversos derechos ciudadanos.
En el segundo eje de análisis se dialogará en torno a la justicia, tema también de especial importancia frente a una crisis institucional del Estado que tampoco ha dejado de agravarse y que se refleja en la insuficiencia para responder a las demandas ciudadanas, aún en el contexto de la transición en el sistema de justicia del modelo de procuraduría a una fiscalía autónoma que desafortunadamente no ha acreditado su eficacia respecto de las expectativas sociales que se depositaron en esta transformación y sigue en creciente deuda con las víctimas. El énfasis del segundo día de trabajo del foro está puesto en hacer escuchar la voz de las mujeres y hombres que, frente a graves violaciones de los derechos humanos, han acudido a la institucionalidad del Estado buscando verdad, justicia y también memoria.
El tercero de los ejes de revisión es la libertad de expresión, cuya relevancia actual se subraya entre el agravamiento de la situación que para el ejercicio de sus labores enfrentan los activistas e informadores, que han sido sometidos a prácticas de espionaje a través de medios digitales y a un constante hostigamiento; así como a los escandalosos niveles de violencia contra periodistas, que han colocado a México como el segundo país más peligroso para ejercer el periodismo en América Latina.
El diálogo y la reflexión, actividades esenciales de la vocación universitaria, están concentrados en este foro a identificar las deudas, capacidades y voluntades del Estado en el ámbito de los derechos humanos en la coyuntura del medio término de la gestión del actual gobierno federal; con el ánimo de evidenciar no sólo los retrocesos sino también los avances y, sobre todo, las oportunidades, de cara a la segunda mitad del sexenio.
El Foro de Derechos Humanos del SUJ, está concebido, pues, no sólo como un ejercicio académico, sino mucho más como un espacio de encuentro y vinculación entre iniciativas, proyectos, colectivos y defensores, con la intención de favorecer que se tejan redes ciudadanas de colaboración para exigir la garantía de los derechos humanos. Como cada edición, esta ocasión también se cerrará el foro con la entrega del Premio Tata Vasco a una organización destacada por su labor en la defensa y promoción de los derechos fundamentales. Este premio busca ser un gesto tanto de reconocimiento de la lucha de los defensores como de posicionamiento político, orientado a visibilizar e impulsar las agendas de las organizaciones que son premiadas.
En la difícil coyuntura actual, a nuestro país le urge la acción de una ciudadanía que se involucre activamente en la defensa de los derechos humanos y se comprometa en la construcción de una conciencia social que ejerza su derecho y capacidad de crítica y movilización ante las injusticias y omisiones del Estado. Una sociedad que exija que se no se reproduzcan más, como hasta ahora ha ocurrido sin importar el signo político del gobierno en turno, las dinámicas de violencia y exclusión, y que se garanticen verdaderos procesos de verdad, justicia y reparación. Sirva pues este texto como una invitación a sumarse a las reflexiones y diálogos del decimocuarto Foro de Derechos Humanos del Sistema Universitario Jesuita iniciado ayer y que continúa hoy y mañana.