Moscú. El modelo actual de capitalismo, sistema que prevalece en la inmensa mayoría de países, se ha agotado y, basándose en esa estructura social, es imposible salir del nudo de contradicciones cada vez más complejas que afectan a todos, advirtió este jueves el presidente Vladimir Putin al hablar ante los participantes del club de debate Valdai.
La sesión de clausura de la edición número 18 de este foro, que cada año se reúne en Rusia, tuvo lugar en el balneario de Sochi, en la costa del mar Negro, y no como era habitual en el Kremlin de Moscú, debido quizás a que la capital rusa, según decretó hoy su alcalde, entró hasta el 7 de noviembre en confinamiento completo (sólo van a abrir las tiendas de comestibles y las farmacias) para tratar de frenar el actual embate de la pandemia de Covid-19.
Al comenzar su intervención, Putin señaló que desde hace tres decenios la humanidad vive un nuevo periodo, cuando se crearon las principales condiciones para poner fin a la confrontación ideológica, política y militar.
Entonces, añadió, comenzó la búsqueda de un nuevo equilibrio, de relaciones estables en todos los ámbitos, de la base del sistema mundial. “Buscamos esa base, pero –hay que admitirlo– no hemos podido encontrarla. Y aquellos que después del fin de la guerra fría se sintieron vencedores creyeron que alcanzaron la cima del Olimpo y no tardaron en darse cuenta que se estaba desmoronando ese Olimpo e incluso debajo de sus pies empezó a moverse el piso”, anotó.
Putin se refirió a los grandes desafíos del momento. Mencionó entre otros, la crisis de la ecología, las deformaciones del clima y la degradación del medio ambiente, la injusta distribución de los bienes materiales que conduce a una creciente desigualdad. También habló de la crisis de los alimentos, la escasez de agua, la falta de energía eléctrica, la pobreza y las dificultades para recibir asistencia médica adecuada.
Dijo que incluso los países más desarrollados no se salvan de tener grandes problemas económicos y sociales y dedicó amplio espacio a la pandemia del Covid-19.
“Es lamentable que el coronavirus, que en teoría debería unir a las personas para luchar contra un mal que nos afecta a todos, en lugar de volverse un factor de cohesión, resultó lo contrario. Lo he dicho muchas veces y lo repito: hay que dejar de lado ambiciones absurdas y trabajar juntos”, afirmó.
Como es costumbre, después de su intervención, Putin respondió a las preguntas de los participantes. Llamó la atención la que hizo el periodista Dimitri Muratov, director del periódico opositor Novaya Gazeta, quien recientemente mereció el premio Nobel de la Paz, acerca de la necesidad de revisar la ley que permite nombrar “agente extranjero” a los medios de comunicación que se permiten criticar al Kremlin y que dificulta mucho su funcionamiento, convirtiéndose en una suerte de censura.
El mandatario comenzó su respuesta, felicitando a Muratov, aunque dijo que él le hubiera dado el Nobel no por su trabajo periodístico, sino por su labor en el campo de la beneficencia (Muratov encabeza varias campañas para recabar fondos y ayudar a niños que necesitan costosas operaciones quirúrgicas), y consideró “exagerada” la preocupación por la supuesta persecución de la prensa crítica en Rusia.
No obstante, Putin prometió hablar con los diputados para que revisen esa ley y precisen los criterios para aplicarla, pues “incluso tengo amigos que se han quejado de que quieren colgarles la etiqueta de ‘agente extranjero’ por las fundaciones que crean sin fines de lucro, en calidad de filántropos”.