Al cierre del tercer trimestre del año, la economía mexicana perdió dinamismo, de acuerdo con la estimación obtenida a partir del Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) de septiembre, publicada ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
De acuerdo con el indicador, que permite contar con estimaciones oportunas sobre la evolución del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), una medida anticipada del producto interno bruto (PIB) mensual, la actividad económica registró un crecimiento anual de 5 por ciento en el noveno mes del año y un “tímido” avance de 0.1 por ciento, respecto de agosto. Ello implicaría un trimestre de estancamiento para el PIB nacional.
Las actividades secundarias habrían crecido 4 por ciento en septiembre respecto del mismo mes de 2020 y las terciarias 6.1 por ciento en el periodo de referencia. Ambas aportan alrededor de 95 por ciento del PIB.
Crecimiento real de 2%
Las noticias en el frente epidemiológico fueron positivas, con los casos diarios de Covid-19 a la baja y una mejoría en el semáforo de riesgo epidémico en septiembre; sin embargo, una menor producción industrial, principalmente la automotriz –afectada por la falta de suministros a escala global–, provocó que la actividad se estancara en el tercer trimestre del año, frente a los dos trimestres previos.
“Si el indicador oportuno del Inegi se materializa en agosto y septiembre en su estimado central, con un crecimiento de cero y 0.1 por ciento, respectivamente, entonces la economía libró una contracción trimestral y sólo se estancó, aunque el crecimiento anual sería alrededor de 6 por ciento. El crecimiento promedio mensual sería de sólo 0.18 por ciento, lo que implica que poco más de 2 por ciento fue crecimiento real y casi 4 por ciento por efecto base”, explicó Alfredo Coutiño, director de Moody’s Analytics.
“La variación de septiembre está limitada por el sector secundario, relacionado con problemas en el sector manufacturero, pues las cadenas de suministros se vieron severamente afectadas por la falta de insumos, la saturación de la infraestructura portuaria y el alza en costos. Una de las industrias más golpeadas fue la automotriz, pues los tiempos de entrega de componentes clave se han triplicado y el dato para Estados Unidos ya reflejó una caída de 7.2 por ciento mensual”, explicó Marcos Arias, analista de Monex.