Aún desde la perspectiva de la retrógrada derecha española, Mariano Rajoy, ex presidente del conservador Partido Popular, ante el pedido de una firma eléctrica alemana para invertir en España, opinó que dejar la electricidad en manos extranjeras, “es cosa de colonias”, una opinión que, además de contrastar con la colonialidad ultramontana de la oligarquía mexicana, muestra los riesgos de demenciales aumentos de precios eléctricos que padece la población española tras la desregulación, privatización y extranjerización eléctrica desplegada por firmas tipo Iberdrola, las cuales ya operan acá gracias a Felipe Calderón y Georgina Kessel Martínez, ex secretaria de Energía, ambos con información privilegiada fueron consejeros de esa firma.
De 1982 al final del sexenio de Peña Nieto (EPN), 39 años al hilo, la especulación, el saqueo y entreguismo hicieron lo suyo. Pero ya estamos en el momento histórico de la constitucionalización del rescate de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE), grandes entes que operan bajo el interés público nacional y no desde los intereses de anónimos “inversores globales” que operan la explotación eléctrica desde guaridas fiscales, ajenos al magno bloque ciudadano que formalizó, por la vía pacífica del voto, rumbo al rescate de lo legado por Cárdenas y López Mateos junto al resguardo del estratégico litio, contenidos en la iniciativa de decreto del sector eléctrico planteada por Andrés Manuel López Obrador.
Para apreciar lo mucho que está en juego en materia eléctrica, nada mejor que revisar los planes de EU con nuestro sector energético. La perspectiva histórica la ofrecí en La compra-venta de México, alainet.org en línea sin costo.
El país está en alto riesgo . En en ese contexto de urgencia mejor revisar el proyecto oligárquico imperial articulado en favor de las trasnacionales eléctricas de EU por Carlos Pascual, ex embajador en México, quien estaría visitando nuestro país en noviembre. Luego de dejar la embajada en México, fue nombrado “jefe de energía” del Departamento de Estado y presuntamente desde esa posición hizo revelaciones importantes muy bien captadas y sintetizadas por Andrea Becerril ( La Jornada 29/12/13), las que voy a citar a continuación sobre este funcionario. Es uno de los destacados impulsores del programa Connect America, que, reveló al Congreso de su país, es (textual): “un plan para establecer un sistema eléctrico hemisférico, con grandes beneficios para las trasnacionales estadunidenses,” según indicó a la Cámara de Representantes de EU el 11 de abril de 2013. En el documento del proyecto Connect America, en beneficio de empresas de EU, dijo Pascual a los representantes (diputados) de EU, que comprende todos los países “desde la frontera con México hasta la Tierra del Fuego”, agregando que “pueden las empresas establecer un sistema eléctrico que representa un negocio de 1.4 billones de dólares” (Ibid) (en el sistema numeral de EU nuestros billones serían “trillones”) En la documentación se indica que “Pascual insiste en que se trata de un sistema que operaría en todo el continente americano y es una “gran oportunidad” para las empresas de Estados Unidos de entrar a ese negocio, que vale “billones de dólares.”
Importa mencionar la posible visita de Pascual a México, ahora en el sector privado, por la primacía y promoción que desplegó a favor de ese programa.
En relación a este revelador párrafo, el entonces senador Manuel Bartlett (quien participó en el Seminario sobre Energía que coordiné en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM) señaló a Andrea Becerril que “eso demuestra que la privatización de Pemex y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) responde a los intereses de Estados Unidos y sus corporaciones financieras y energéticas…”
Aunque no guste a algunos, esa es una observación mayor en toda consideración del orden de magnitud de la deslealtad y las corruptelas de “cuello blanco” vía sobornos de Odebrech que hundieron electoralmente a los promotores de la compra-venta del sector energético.
Quienes captaron mejor el orden de magnitud de la maquinación contra la nación de Peña Nieto y compañía, una suerte de delincuencia organizada de “cuello blanco”: así fueron las operaciones del despojo y depredación, celebradas en EU y repudiadas por el pueblo mexicano en 2018.
Lo profundo y estratégico de las nacionalizaciones de Cárdenas en 1938 y López Mateos en 1960 fue captado por personajes de la vida nacional en mensaje al Legislativo: EPN “…incurre en los delitos señalados por los artículos 108 párrafo segundo constitucional y el 123 fracción primera del Código Penal Federal, porque compromete nuestra soberanía, pone en riesgo nuestro desarrollo como país libre e independiente y constituye un hecho aún más grave de lo que fue la entrega de Texas durante el siglo XIX.”
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