Madrid. Si Quentin Tarantino se mantiene fiel a su promesa de dejar el cine tras su décima película como realizador, sólo le quedaría una bala más en el cargador, y esa podría ser ni más ni menos que la tercera entrega de Kill Bill.
El ganador del Óscar al mejor guion por Pulp Fiction y Django desencadenado asistió al Festival de Cine de Roma. Allí, además de recibir un galardón por su trayectoria profesional de manos del maestro del terror italiano, Dario Argento, ha hablado sobre la que, en teoría, será su última película.
Ante la pregunta de si su décima cinta será Kill Bill 3, respondió: “¿Por qué no?” Tarantino afirma tener varios proyectos más allá del cine, entre ellos un libro de crítica cinematográfica o una serie de televisión, aunque antes de eso le gustaría hacer una comedia.
“No es que vaya a ser mi próxima película, es algo que estoy pensando hacer y no voy a decir lo que es, pero tiene que ver en parte con el spaghetti Western”, dijo en una conversación con el responsable del Festival, Antonio Monda.
“El bandido mexicano va a ser un italiano; el héroe, un estadunidense; el sheriff malo, un alemán; la bailarina mexicana del salón es israelí", explica Tarantino antes de añadir: “Todos están hablando un idioma diferente mientras piensan: ‘Vale, cuando termine de decir lo suyo me toca a mí’”.
Aunque no ha dado más detalles, todo parece indicar que el director planea hacer una comedia basada en los rodajes del western europeo. En ellos se reunían actores de distintas nacionalidades como Clint Eastwood, Franco Nero o Klaus Kinski, hablando cada uno en su propio idioma; después, el diálogo acababa doblándose a las lenguas de los países a los que se distribuía el filme.
A pesar de que no ha especificado quiénes son los posibles miembros de ese ecléctico reparto, habiendo un alemán y una chica israelí, es más que probable que sean Chris–toph Waltz y Daniella Pick, actores recurrentes en su filmografía.