Jesús Ochoa Plácido, hermano de Digna Ochoa, la abogada veracruzana asesinada hace 20 años, recordó cómo durante estas dos décadas “hemos remado contra la corriente” no sólo para conseguir justicia, sino para reivindicar el nombre de la defensora, agraviado por una conclusión judicial de las autoridades capitalinas, que sostuvieron que “no había delito que perseguir” porque se trató de un suicidio con un montaje previo para aparentar un homicidio.
Y en ese “remar contra corriente” finalmente se está en espera –quizá para diciembre de este año– de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Coridh) emita un fallo sobre el caso, que está en sus manos desde 2010.
Se espera, con sólidos elementos a favor, una resolución que ordene al Estado mexicano reabrir el caso partiendo de un hecho irrefutable: que Digna Ochoa fue víctima de ejecución extrajudicial, señaló Norma Andrade, del Grupo de Acción por los Derechos Humanos y la Justicia Social (Gadhjs).
Ayer, la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México y el Gadhjs rindieron homenaje a la defensora veracruzana y entregaron reconocimientos a una docena de personas que contribuyeron a mantener la causa de justicia para Digna Ochoa viva, impidiendo que la verdad oficial la enterrara en el olvido.
Así, fue reconocido el penalista Antonio Becerril, quien en 2006, luego de exhumar el cuerpo de Digna y una nueva autopsia, presentó tres dictámenes nuevos, con técnicas de ciencia forense que en esos años aún eran innovadoras, para demostrar con peritajes de química y medicina forense que la tesis del suicidio era imposible. Esas evidencias fueron desechadas por la fiscalía especial. Pero años después, al ganar un amparo, la familia Ochoa Plácido y un nuevo equipo de abogados las hicieron valer para que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y más adelante la Coridh, aceptaran el caso.
Otra penalista, Pilar Noriega, amiga y compañera del bufete de Digna, también fue reconocida y expresó su esperanza por que la sentencia de la Coridh “no sólo traiga la redignificación del nombre de Digna, sino elementos para mejorar la calidad de la impartición de justicia en México”.
Como pieza fundamental de esta lucha fue reconocido con un minuto de sentidos y doloridos aplausos el cineasta Felipe Cazals, quien dirigió el docudrama Digna …hasta el último aliento, pieza fundamental de su cinematografía.
La actriz Vanessa Bauche, quien en aquel filme interpretó a Digna Ochoa, recibió el reconocimiento a nombre de Cazals, fallecido hace apenas tres días, frente a su silla vacía.
Bauche recordó que esa película, como el resto de la obra del maestro Cazals, es una provocación para que los mexicanos rompan el pacto de silencio y puedan esperar en el futuro un país mejor.
“Hasta donde estés, Felipe, va nuestro abrazo”, expresó la defensora Andrade, cuya lucha y activismo comenzó en Ciudad Juárez a partir de la desaparición de su hija.
Recibieron reconocimientos, entre otros, Emilio Álvarez Icaza, quien como presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal puso el nombre de Digna al auditorio de la institución, como respuesta directa al agravio infligido por la procuraduría capitalina con su resolución.
En otro espacio, el Centro por la Justicia y la Ley Internacional (Cejil, por sus siglas en inglés) también realizó un encuentro virtual para recordar y honrar la memoria de Digna. Ahí, a nombre del Comité Cerezo, la activista Elga Aguilar puntualizó que para las víctimas femeninas está presente también la práctica de la estigmatización, significada por la atribución de inestabilidad emocional para desviar la acción de la justicia, que rara vez se usa en los hombres. “Que la resolución de la Coridh –dijo– sirva también para sentar las bases de mayor protección a la labor de las mujeres defensoras”.