Ejido Jesús Castillo Tielmans, Chis., El gobierno de México apoyará el plan que enfrente las causas y consecuencias del cambio climático propuesto por el presidente Joe Biden, porque “el gobierno de Estados Unidos tiene voluntad para que programas como éste (Sembrando Vida) se amplíen, y se enfrente la migración”, expuso el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En un descampado, donde se asienta un vivero con plantas de árboles maderables y frutales de la Secretaría de la Defensa, describió, minuciosamente sin perder detalle, al enviado especial para el clima del gobierno estadunidense, John Kerry –acompañado del embajador de ese país, Ken Salazar–, las razones y resultados de uno de sus programas puntales: Sembrando Vida.
En tanto, el alto funcionario de la Casa Blanca refirió la importancia de México para su país, y lo “muy significativo” del programa y el combate a calentamiento global: “No se refiere a la política ni a una ideología, esto responde solamente a la matemática, la aritmética y también a la física”.
El ex secretario de Estado reparó en la “gran historia” de colaboración entre ambos países, “yo sé que el presidente Joe Biden y el presidente López Obrador creen fervientemente en ella. México ya está muy integrado a toda América del Norte y se va a beneficiar enormemente de esta transición energética; por ejemplo, cuando nosotros pasemos a vehículos de gasolina a eléctricos va a haber trabajos muy buenos, con buenos sueldos aquí en México”.
Al referirse a la reforestación, la consideró ineludible y es necesario no incurrir en la contradicción de ignorarla. Y pasó al elogio del Presidente mexicano: “Todos nosotros en el mundo necesitamos concentrarnos en lo que López Obrador está haciendo acá, lo está tratando de hacer. Y esto no es solamente el tema de la reforestación, es un programa que se concentra en el pueblo, en la gente, en la vida de la gente, en el trabajo, en la posibilidad de poder quedarse donde usted vive, la posibilidad de estar conectado con la tierra como parte de su futuro”.
La argumentación siguió en ese tono. “El presidente López Obrador en lo que se concentra es en lograr erradicar la corrupción y asegurarse de que la gente realmente reciba la respuesta directa y la ayuda correcta. Así que, en nombre del presidente Biden, les quiero decir que ustedes pueden contar con nosotros”.
En respuesta, López Obrador enfatizó que habrá de apoyar “el plan que está promoviendo el presidente Biden, vamos a respaldarlo, apoyarlo a nivel mundial en lo que corresponde a nuestra participación en el concierto de las naciones y a la experiencia de México”.
El tabasqueño consideró que “la fábrica más importante de México es el campo. Tenemos millones de hectáreas para sembrar. No se requiere de mucho capital, este programa Sembrando Vida implica una inversión de mil 300 millones de dólares al año, pero le da empleo, trabajo, a 450 mil campesinos; queremos darles empleo a 450 mil personas en la industria”.
Entró al tema: “Esto lo podemos hacer en Guatemala, en Honduras y en El Salvador, porque son países, son pueblos hermanos y estamos nosotros dispuestos a ayudar, y el gobierno de Estados Unidos también tiene voluntad para que programas como este se amplíen y de esa manera enfrentar también el fenómeno migratorio. Reforestar se plantea ir al fondo del problema migratorio, no estar nada más deteniendo, mucho menos apostar a lo coercitivo, a la violación de los derechos humanos, sino ir al origen del problema”.
Antes, a la una de la tarde, Kerry llegó al sitio de la reunión. Una parcela de 2.5 hectáreas propiedad de la familia Cruz Arcos. Observó la mitad de una lomita pelada, que sirvió a la explicación del fenómeno de filtración en suelo pedregoso. Y esperó junto a Marcelo Ebrard y Ken Salazar. Minutos después llegó el anfitrión.
Recorrieron un vivero de la Secretaria de la Defensa Nacional –llamado biofábrica–; López Obrador escuchaba a Javier May, su secretario de Bienestar –quien explicaba al invitado–, y luego él optó por llevar la batuta con una detallada exposición. Mientras, May se hizo a un lado. La descripción requería capacidad de convencimiento: “Este programa es para el campesino, ejidatarios o pequeños propietarios privados. Se les entrega la planta, siembran sus parcelas y el propósito es que se vaya reforestando. Ésta es caoba –continuó– es la reina de la madera, está en los muebles, puertas en Europa, en Nueva York, la mandaban a los ebanistas que hacían los muebles más importantes”. El Presidente pidió a Carmelino Cruz, el dueño de la parcela, que explicara a Kerry: “Gracias al programa hemos avanzado a sembrar achiote, aguacate, guanábana, plátano”.
–¿Ustedes son de aquí? –preguntó el enviado especial de Washington.
–Sí, soy de aquí, antes salí en el año 2000 a San Francisco, California, hubo algo para mantener a mi familia, tengo cuatro hijos, y me siento feliz por el programa.
–Bienvenido a casa –le devolvió Kerry.
López Obrador intervino para detallar: “Se les da un apoyo, un jornal, un salario mínimo, y así ellos tienen para sembrar. Se arraigan. Tiene un efecto multiplicador, se da trabajo, se protege el medio ambiente. Te mostré la yuca –le dijo a Kerry–, éste es como el cacahuate, es un tubérculo, debajo de la tierra”.
Entonces el estadunidense que escuchaba a la traductora, preguntó: “¿Qué es lo que hace cuando se termina la cosecha?”
Y el mandatario le respondió: “Siempre hay trabajo. Aquí en esta carretera pasan muchos jóvenes y familias que vienen con la idea de llegar a Estados Unidos, nosotros no tenemos éxito. Le propusimos al presidente Biden, para que este programa se aplique en Guatemala, Honduras y El Salvador”.
Mientras, a unos 50 metros sobre la orilla de la carretera Palenque-La Trinitaria, decenas de mujeres, hombres, ancianos, familias enteras bajo los rayos del sol incandescente, observaban el recorrido por el vivero, y otros llamaban su atención con el coro: “¡Es un honor estar con Obrador!”