La economía de China cayó más de lo previsto en el tercer trimestre, en momentos que el país sufre una crisis energética y el sector inmobiliario enfrenta políticas más severas.
De acuerdo con datos oficiales, el crecimiento en la potencia asiática se redujo a 4.9 por ciento en el tercer trimestre de 2021, por debajo de 5 por ciento estimado por el mercado.
China había repuntado como pocas economías tras el cierre por la pandemia de Covid-19, pero ha ido perdiendo impulso, ya que había crecido 7.9 por ciento en el trimestre de abril a junio, reportó su Oficina Nacional de Estadísticas (ONS, por sus siglas en inglés).
Tras conocerse los datos, los analistas de Barclays recortaron su pronóstico para el cuarto trimestre en 1.2 puntos porcentuales, a 3.5 por ciento. Mientras analistas de ANZ ajustaron su estimación de crecimiento del PIB chino para 2021 a 8 por ciento desde 8.3 por ciento.
“El crecimiento se vio afectado por un declive en el sector inmobiliario, amplificado recientemente por los problemas de Evergrande”, explicó Louis Kuijs, jefe de economía asiática de Oxford Economics.
Aun así, el portavoz de la ONS, Fu Linghui, destacó que “China es capaz de lograr sus objetivos de desarrollo social y económico para todo el año”.
Por su parte, el sector industrial se vio afectado por el racionamiento energético provocado por la escasez de carbón, restricciones ambientales a grandes contaminantes como las plantas de acero y las inundaciones del verano.
La producción industrial general aumentó sólo 3.1 por ciento en septiembre frente al año anterior, lo que significó el crecimiento más lento desde marzo de 2020.