“El miedo y la incertidumbre siempre van a existir; sin embargo, como actor, vas moldeando todas esas sensaciones porque el público también es un monstruo y si te dejas, te come”, considera David Illescas Mendoza, egresado del Centro Universitario de Teatro (CUT) de la UNAM, y ganador del premio Ariel en la categoría de mejor coactuación masculina.
A unos días de haber sido premiado, adelantó que próximamente se estrenará como director con un cortometraje, proyecto que considera de gran significado porque lo filmará en su comunidad de origen, San Juan Tabaá, distrito de Villa Alta, en la Sierra Norte de Oaxaca, de acuerdo con un comunicado de la UNAM,
“Gracias al CUT adquirí las tablas necesarias. Cuando llegué a la universidad tenía la intención de ser actor y hacer teatro. Estar en la escuela, tener una formación de casi cinco años, subirte todos los días al escenario, practicar, te desinhibe el cuerpo, te vas adaptando al miedo.”.
Lo mejor para él, dijo, fue que mientras estudiaba, participaba en obras de teatro y filmaba cortometrajes y películas durante sus vacaciones o los fines de semana. Agregó que el galardón que obtuvo recientemente es resultado de la educación que recibió en la UNAM.
Este 2021, quien fuera beneficiario del Sistema de Becas para Estudiantes Indígenas del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad de la UNAM, sumó su nombre a la historia cinematográfica de México al ganar el máximo galardón que entrega la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, por su trabajo en la cinta Sin señas particulares (2020).
Illescas Mendoza comentó con orgullo que su cortometraje se llama Jlaza, que en zapoteco significa escamas. “Lo estamos programando para filmarse en febrero de 2022 y tenemos apoyo del Imcine. Lo haremos en mi lengua materna; el guion lo escribí mientras estaba en la universidad y será con actores de mi pueblo, niños, principalmente”.
Creo fielmente, agregó, que lo importante no es si tienes muchos insumos cinematográficos, un dron o las mejores cámaras: es la manera cómo se cuenta la historia, cómo la desarrollas y cómo surgen los giros dramáticos.
Pensaba participar e irse
“He platicado con los niños, con mi gente y están muy contentos, porque es la manera de seguir fortaleciendo mi lengua materna, la cultura de mi pueblo, las historias de mi comunidad a través del cine.”
Actuar en una película era un sueño, competir con actores reconocidos y obtener el premio que tienen los grandes, “todo eso es para mí una gran felicidad, un claro ejemplo de que cuando te propones algo lo logras”, resaltó.
En diciembre de 2017 Illescas Mendoza se tituló con la tesina La pastorela de San Juan Tabaá. Un rescate identitario de una comunidad zapoteca, para que futuras generaciones supieran el origen de esa representación. Recordó que cuando ingresó al CUT decía que con sólo participar en una cinta se regresaba a su pueblo y estaría feliz de la vida. “Pero nunca imaginé que en la primera película como coprotagonista me iban a nominar al Ariel y que obtuviera la presea. El CUT siempre ha sido el germen de grandes actores, destacados en el teatro y cine. Me da mucho gusto formar parte de esa comunidad universitaria”.
Por otro lado, dijo desconocer cómo fue que Fernanda Valadez y Astrid Rondero, directora y guionista, respectivamente, de Sin señas particulares se interesaron en su trabajo actoral. No obstante, su primer contacto con la primera se dio en el CUT, cuando todavía era estudiante, y Romero le ofreció un breve papel en su tesis fílmica: 400 maletas (2014).
“Conocí a Fernanda Valadez por su trabajo de tesis, no sé quién le habló de mí. Me buscó cuando estaba terminando mi primer año, platicamos y me hizo una pequeña audición. Me invitó a participar en el corto y le dije ‘con gusto’. Ése fue mi primer acercamiento al cine”, relató con emoción.
Sin señas particulares retoma parte de la historia presentada en 400 maletas. En el cortometraje interpreta al hijo que la protagonista busca por el norte del país. En el largometraje da vida a un joven que se encuentra con la madre, Magdalena (Mercedes Hernández), quien intenta desesperadamente dar con el paradero de su vástago.