Los problemas de tránsito, las aglomeraciones en el transporte público y las carreras para llegar a tiempo al trabajo o la escuela volvieron a la ciudad al pasar este lunes al semáforo epidemiológico verde.
Desde temprano, decenas de personas aprovecharon para realizar algún trámite en las oficinas del Poder Judicial de la Ciudad de México, ubicadas en avenida Juárez, donde se observaron largas filas para ingresar.
Otras acudieron a las oficinas de la Tesorería de Doctor Lavista para ponerse al día en el pago de sus contribuciones o arreglar problemas con sus propiedades, y unas más acudieron a Corregidora o Correo Mayor para surtirse de mercancía.
Vialidades como Circuito Interior, Eje Central Lázaro Cárdenas y Paseo de la Reforma, durante las primeras horas de la mañana se vieron con mayor tránsito respecto de semanas anteriores, lo que aumentó el tiempo de traslado de la gente a casi el doble.
Usuarios del transporte concesionado sufrieron para abordar una de las unidades, las cuales iban al tope de su capacidad, situación que también se observó en Reforma, con la línea 7 del Metrobús, aunque la frecuencia de paso ayudó a que no perdieran mucho tiempo.
El servicio de trolebuses en Eje Central, sin embargo, continuó desviándose por Balderas debido al plantón que continúa en su cruce con avenida Juárez, lo cual ha incrementado el tiempo de traslado de los pasajeros.
En el Centro, tras checar su ingreso, varios trabajadores aprovecharon para acudir a alguna tienda de conveniencia a comprar algo de comida para su desayuno, almuerzo o tentempié. En la Zona Rosa, los puestos ambulantes de tacos de guisado, carnitas o mixiote ya registraban largas filas.
Pese a la prohibición de instalarse, los comerciantes informales aprovecharon el regreso a la “normalidad” para vender sus productos entre los oficinistas de la zona, quienes regresaron a laborar después de más de año y medio.
Unos se alistan y otros abusan
Asimismo, restaurantes y pequeñas cafeterías en el Centro, la Zona Rosa y la colonia Roma esperaban la llegada de clientes o arreglaban sus espacios para recibirlos al mantenerse el programa Ciudad al Aire Libre que les permite ocupar las banquetas o parte del arroyo vehicular.
En la parte trasera de Palacio Nacional, los ambulantes aprovecharon el semáforo verde para desdoblarse sobre banquetas y calles sin que ninguna autoridad se los impidiera, provocando mayor caos de vehículos.
Las congestiones viales se incrementaron hacia las 15 horas, ante la salida de la mayoría de los trabajadores, quienes volvieron a “sufrir” las aglomeraciones en los andenes del Metro o la lentitud de circulación de los camiones en vialidades primarias para llegar a su destino.
“Ya volvimos a la normalidad y conforme se acerquen las fiestas de diciembre será peor, porque la ciudad se convertirá en un enorme estacionamiento”, vaticinaron algunos entrevistados, quienes se despojaron del cubrebocas y dejaron para el recuerdo la sana distancia.