Las remesas enviadas al país por connacionales, principalmente en Estados Unidos, se destinan en su mayoría a comida, vestido y salud. Aunque cada año aumentan los recursos mandados por los compatriotas para sus familiares en territorio mexicano, los porcentajes destinados a esos rubros se han mantenido.
De acuerdo con el informe La situación demográfica en México, elaborado por el Consejo Nacional de Población (Conapo), después de India y China, México es la nación que recibe más remesas del extranjero, ya que en cinco años promedian 2.7 por ciento del producto interno bruto (PIB) del país y 7.1 del nacional bruto.
Para el análisis del impacto de las remesas a nivel microeconómico, la dependencia usó como base la encuesta sobre migración en la frontera norte en su flujo por vía terrestre. Los envíos “constituyen un fondo salarial y que dan a los hogares poder de compra, dinero que usualmente se gasta en comida, vestido y salud, es decir, que se integran a la reproducción doméstica”, se explica en el texto.
Entre 2015 y 2019 se destinaron entre 78 y 87 por ciento a comida y vestido.
Familias cuidan salud
La Conapo aclara que los encuestados proporcionaban hasta dos respuestas diferentes, por lo que las cifras del estudio superan al 100 por ciento, pero representan “información valiosa” del destino que se le da a este ingreso.
Por ejemplo, para 2019 los encuestados reportaron en promedio usar 78 por ciento de los recursos en comida y vestido, así como 36.4 a salud, seguido de 9.3 a educación, 6 por ciento a pagar deudas, 2.5 en adquirir tierras o poner un negocio, el mismo porcentaje a vivienda y 2.4 en pagar la renta.
La importancia de las remesas a nivel microeconómico “no se demerita por el hecho de que su volumen no coincida con lo reportado en cuentas nacionales”. Las diferencias del volumen entre distintas fuentes son usuales y responden a la integridad y tipo de registros, rubros cubiertos o unidad de análisis, se subraya en el texto.
El impacto de las remesas en la población mexicana es tal que, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, “los hogares de México que reciben remesas son 15 por ciento menos pobres que los que no reciben este ingreso”.