Zacatecas, Zac., Cientos de cadáveres se encuentran apilados en los refrigeradores del Servicio Médico Forense (Semefo)de las ciudades de Fresnillo y Zacatecas, sin que la Fiscalía General de Justicia del Estado (FGJE) tenga recursos para atender este problema que se agrava cada día.
Los restos permanecen sin identificar o, aunque ya fueron reconocidos por sus familiares, no los reclaman por temor a represalias del crimen organizado, pues en no pocas ocasiones sicarios han atacado y asesinado a los asistentes a sepelios o funerales.
La cruenta disputa por territorios que mantienen los cárteles de la droga en la entidad ha disparado el número de fallecidos cómo nunca, según cifras proporcionadas a La Jornada por Francisco Murillo Ruiseco, titular de la FGJE.
El 2019, cuando se recrudecieron las pugnas entre los cárteles Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa (CDS), junto con otras organizaciones delictivas aliadas a ellos, como los cárteles del Golfo, del Noreste y de Los Talibanes, el organismo documentó 733 ejecuciones.
Para 2020, la fiscalía zacatecana registró un alza en el número de fallecidos, de 62 por ciento, al pasar de 733 a mil 188 casos, a pesar del despliegue de corporaciones de seguridad pública, civiles y militares en el estado. Y la cifra en lugar de reducirse, sigue en aumento: del primero de enero al 30 de septiembre de este año, suman mil 292 asesinados. Además, en los 17 días transcurridos de octubre se han contabilizado más de 80 homicidios dolosos.
Los crímenes contra hombres, mujeres, ancianos, adolescentes y niños han sido perpetrados principalmente en las ciudades de Fresnillo, Guadalupe y Zacatecas. Los sucesos violentos se han convertido en lugares comunes para una sociedad que vive atemorizada por la embestida del crimen organizado.
Se han vuelto raros los días en que sólo 2 o 3 personas eran asesinadas. Y ha dejado de causar sorpresa que haya hasta 15 o más civiles ejecutados en una sola jornada. Los policías locales han pasado a ser blanco de ataques del hampa. Según el conteo anual de la FGJE, en 2019, en Zacatecas fueron acribillados nueve agentes estatales y municipales.
Para 2020, la cifra se incrementó 200 por ciento, al llegar a 27 uniformados abatidos a tiros. Del 1º de enero a octubre de 2021, el número de efectivos ultimados llegó a 33.
La espiral de violencia por la “guerra” entre cárteles, contra integrantes de bandas delictivas contrarias –o sus familiares–, ha propiciado la crisis forense que enfrenta la FGJE.La institución tiene instalaciones del Semefo en Fresnillo y Guadalupe. En cada una hay un enorme refrigerador con capacidad hasta para 80 cadáveres. Ambos ya están “al tope”.
Sin dinero para sepultarlos o temor a represalias
A mediados de septiembre, el fiscal Murillo Ruiseco ordenó inhumar 48 cuerpos en una fosa común del panteón municipal de Fresnillo, debido a que el refrigerador tenía ya más de un centenar de cadáveres sin ser reclamados. Pero la saturación continúa. Al día 30 de ese mes en el Semefo de Fresnillo había 45 restos humanos no reclamados y en el de Guadalupe, 102. Y aunque el temor a una posible “represalia” del crimen organizado es real, también lo es que hay muchas familias sumidas en la miseria, sin dinero para sepultar a sus muertos.
En tanto, la FGJE carece de recursos para adquirir cientos de ataúdes, así como insumos científicos y material para el resguardo y procesamiento correcto de las muestras genéticas que permitan la posterior identificación de cada persona que se inhume.
El organismo está a la espera de que el gobierno federal cumpla lo que prometió en 2019: la entrega de 10 millones de pesos para construir con “urgencia”, dos panteones forenses –uno en Fresnillo y otro en Guadalupe–, para los que, por cierto, los cabildos de ambos ayuntamientos ya donaron terrenos.