El reconocido intelectual portugués Boaventura de Souza afirmó que en la pandemia ocurren “crímenes terribles de la vacuna” y deploró la “absolutamente indecente” inmunización desigual contra el Covid-19 en el mundo.
El sociólogo presentó este domingo su libro Izquierdas del mundo, ¡uníos!, acompañado por su colega, la investigadora Irma Eréndira Sandoval, en la Feria Internacional del Libro en el Zócalo.
Ahí, De Souza abordó el desarrollo de los gobiernos de izquierda en América Latina en los recientes 20 años, la crisis sanitaria actual y la vinculación entre capitalismo, sexismo y colonialismo.
Denunció que “han desconocido activamente y perjudicado la posibilidad del biológico desarrollado por Cuba y se están devaluando las fórmulas rusa y china para que las cinco big pharma (las grandes farmacéuticas que dominan el mercado global) obtengan el grueso de las ganancias.
“Para nuestra vergüenza en el orbe, el único líder que ha hablado en favor del inmunizante popular y de acabar con las patentes es el papa Francisco, que hizo una proclamación muy fuerte en contra de los grandes laboratorios de medicamentos y en favor de las vacunas de bajo precio.
“Las farmacéuticas quieren que todos recibamos dosis varias veces al año, pues es una ganancia inmensa fruto de una investigación que fue financiada casi totalmente por fondos públicos. Esto es realmente la vergüenza de este capitalismo gore y corsario”.
Sostuvo que las crisis pandémicas “profundizan todas las injusticias, en el racismo y el sexismo” y que una de las lecciones más importantes es que debemos “pasar de una economía de acumulación a una economía de cuidado”, aunque el cuidado y la solidaridad están encargados a las mujeres y “devaluados”.
Lecciones inaplazables de la pandemia
La pandemia, añadió el sociólogo, “está creando otro paradigma: la ética de cuidado entre humanos, pero también con la naturaleza. Una convergencia que estamos intentando en Chile, me gustaría que se consiga también en México, es la de las luchas ecológicas y las indígenas”. De Souza destacó que otra gran lección durante la emergencia sanitaria global es que las personas “no pidieron protección al mercado, sino al Estado, que no estaba preparado para darla.
Debemos recuperar la idea de un bien común que no es necesariamente estatal; es un bien común de los pueblos, de la gente, de las comunidades y esto no es del mercado, no es una mercancía”.
Afirmó que “la dominación no es una sola, para mí tiene tres cabezas: el capitalismo, el racismo y el sexismo. Sin patriarcado no hay capitalismo, sin colonialismo no hay capitalismo. La característica de los gobiernos de izquierda es que sus posiciones deben ser tanto anticapitalistas como antisexistas y antirracistas”.