La atención hospitalaria de pacientes con Covid-19 en 2021 ha provocado que 35 por ciento de los países del continente americano hayan tenido alguna interrupción en la provisión de servicios integrados de salud, lo cual ascendió a 55 por ciento en el caso de las naciones que declararon interrupciones en el primer nivel de atención.
Así lo establece el estudio La prolongación de la crisis sanitaria y su impacto en la salud, la economía y el desarrollo social, elaborado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en el que se detalla también que en el caso de servicios sanitarios de rehabilitación, paliativos y de largo plazo la afectación es de 40 por ciento; en servicios auxiliares, de 38, y en los de emergencia, de 20 por ciento.
Ante la saturación hospitalaria debido a la pandemia, “parte de la población experimentó una falta de acceso a los servicios de salud”; la interrupción del servicio en el primer nivel de atención “tiene repercusiones sobre el acceso a los servicios sanitarios y la garantía del derecho a la salud de las poblaciones”.
Refiere que el primer nivel de atención “es el más cercano a la comunidad y el que con más frecuencia se encuentra en zonas rurales”, lo que hace que para diversos grupos de población sea “el primer y casi único punto de contacto con el sistema de salud”.
Expone que “el primer nivel de atención es un pilar fundamental de una estrategia de atención primaria de la salud, y donde se lleva a cabo una parte central de los servicios de salud relacionados directamente con el control de la pandemia, así como el testeo, trazabilidad y aislamiento, y más recientemente, la implementación de los planes nacionales de vacunación contra el Covid-19”.
El nivel primario de atención es en general el “más postergado en la asignación de recursos en el sistema de salud” en la región y la interrupción de los servicios médicos esenciales ha sido mayor en los países de menores ingresos.
“La mediana de servicios interrumpidos para los países de ingreso medio bajo y bajo fue de 67 por ciento” y entre los de ingreso alto fue de “34 por ciento”.
En el estudio se destaca también que las naciones realizaron “grandes esfuerzos” para aumentar la capacidad de atención hospitalaria, sobre todo de cuidados intensivos. En 16 países de América Latina y el Caribe, entre marzo de 2020 y julio de 2021 realizaron un aumento de 63 mil 222 camas de unidades de cuidados intensivos, es decir, un incremento de 103 por ciento.
Ese aumento es “desigual”, pues mientras “México y Venezuela cuadruplicaron con creces la disponibilidad de camas de UCI”, Argentina, Ecuador, Honduras y Panamá “lograron un aumento más moderado”.