Tras dos años de no tocar en público y seis de no venir a México, Los Van Van, la agrupación musical más emblemática de Cuba, ha llegado con nuevos bríos y muchas sorpresas.
El primer encuentro con el público mexicano se dio en la inauguración del 49 Festival Internacional Cervantino de Guanajuato, donde fueron acompañados por la Orquesta Filarmónica del Desierto (Coahuila); el segundo concierto que devino en baile masivo, se llevó a cabo la noche del viernes en el Centro Expositor de la ciudad de Tlaxcala, ante un público entusiasta entre el que se encontraba la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto. Hoy domingo concluirán la gira en el Complejo Cultural Los Pinos de la Ciudad de México, donde prometen “incendiar la escena”.
En entrevista exclusiva para La Jornada, Samuel Formell, baterista y director de la agrupación, muestra su beneplácito por haber salido “por fin” del confinamiento debido a la pandemia y poder interactuar con su público. “Es nuestra primera salida internacional fuera de Cuba y qué bueno que haya sido en México donde empecemos a activar nuestro trabajo de manera presencial, esto nos da una recarga de energía”.
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Mensaje de alegría
Haciendo un recuento de lo realizado, a partir de la vez que se presentaron en la capital del país, cuando vinieron en 2015 a presentar el álbum La fantasía, Samuel nos dice que durante ese tiempo no pararon de trabajar llevando a cabo giras internacionales y presentaciones en la isla donde siguen siendo considerados como la más importante orquesta de música bailable. También concretaron dos relevantes grabaciones: Legado, que es un homenaje a Juan Formell, creador de la fórmula vanvanera y Mi songo, el álbum celebratorio del 50 aniversario de la agrupación.
Con la llegada de la pandemia pararon actividades, pero no dejaron de hacer música. “Durante este tiempo estuvimos trabajando en nuevos temas para un álbum que debe salir prácticamente el próximo año y realizamos conciertos virtuales con el fin de relajar el confinamiento nuestro y de los seguidores de Los Van Van”.
Cincuenta y dos años de trayectoria y Van Van sigue estando en los primeros lugares de aceptación. Samuel considera que esto se debe a la forma de hacer música y el mensaje de alegría que de ella emana. “Lo creado por mi papá, el songo, es una fórmula única que no tienen las otros grupos y que nosotros seguimos cultivando. Esa es la razón”.
Recuerda que la orquesta fundada por su padre en diciembre de 1969 era un laboratorio de experimentación. “Mi padre fue el primero en mezclar estilos musicales como el jazz, el rock o el funk con los patrones rítmicos del son cubano, estableciendo una base sonora de trombones, violines y flautas. En esa primera etapa de experimentación trabajó con la guitarra eléctrica, la batería, el sintetizador y los ritmos programados, al mismo tiempo que imponía en sus canciones temáticas cotidianas del cubano de a pie que él recogía y luego devolvía apoyado en esa musicalidad”.
En resumen, dice: “el songo, es la síntesis de una personalidad, de una manera de ser y de sentir la música, un resumen de culturas y manera de hacer de un músico, polifacético y original”.
Pero en la construcción del sonido, Los Van Van no estuvo solo Juan Formel en su definición, reconoce, contó con la creatividad del percusionista José Luis Quintana Changuito, el pianista y compositor César Pupy Pedroso, el flautista José Luis El Tosco Cortés y del sonero Pedro Calvo en la voz distintiva.
“Como decía, Los Van Van desde el inicio fue un gran taller donde todos los integrantes proponían y participaban en la creación de los números musicales, pero era mi padre quien le daba el toque final, cuidando siempre el aspecto armónico y rítmico. Nosotros seguimos las pautas de lo que mi padre hacía. El dejó ese legado y es lo que conservamos”.
–Los Van Van siempre ha sido una agrupación que ha propulsado grandes músicos y cantantes. ¿Qué pasa con las deserciones?, se le pregunta a Samuel.
–Ningún músico ha desertado, nadie se quiere ir de Van Van. Todos los que no están han tenido algún impedimento de salud o han fallecido, como el caso de Hugo Morejón. El único músico que se ha ido por su propia voluntad ha sido Ángel Boné. Pedro Calvo y Mario Rivera se marcharon buscando nuevos horizontes, pero de alguna manera siguen con nostros, de hecho se presentan en los conciertos que realizamos en Cuba y otros países donde nos lo solicitan, claro, participando como músicos invitados”.
Se dice que ésta es una agrupación renovada, quizá por los cambios en la formación, pero Samuel afirma que es una orquesta clásica. “No hay un ‘nuevo Los Van Van’ como se dice éstos son Los Van Van de siempre. Los que lo integran son músicos que llevan mucho tiempo en la orquesta y que siguen cultivando el sonido que identifica al grupo”.
En el caso de los cantantes que integran el front, Maykel Blanco, Robertón y Mandy, asegura que son figuras con mucha presencia, muy dinámicos, que saben conectar con el público y llevar la línea argumental de los temas vanvaneros. “Robertón lleva treinta y pico de años con la orquesta; Mandy lleva casi 20 años trabajando y Maykel por lo mismo. Lo que quiero decir es que son cantantes muy experimentados”.
Una experiencia sinfónica
Una grata sorpresa en la presentación de los Van Van en Guanajuato, fue el acompañamiento de la Orquesta Filarmónica del Desierto a cinco temas de la agrupación cubana: Anda, ven y quiéreme, Dale dos, Popurrí Van Van, Recíbeme, Somos cubanos y Esto te pone la cabeza mala, con arreglos orquestales del maestro Joaquín Betancourt, uno de los músicos más relevantes de Cuba.
“Desde el primer y único ensayo que tuvimos con la orquesta hubo empatía. Fue tan completa la comunicación como si toda la vida hubieramos trabajado juntos”, afirma Samuel. “Es la primera vez que tocamos con una orquesta sinfónica. Escuchar nuestra música con los chelos, los oboes, trompas, trompetas, tímpanos… fue bello. Todos quedamos impactados.
“La directora de Cultura de Coahuila está interesada en que trabajemos con su filarmónica y en hacer una gira por la República mexicana, realizar una grabación discográfica y video con la orquesta en pleno. Ya hablamos con su director, el maestro Natanael Espinoza, y está duspuesto a viajar a Cuba para trabajar en las bases. Serán temás clásicos de Van Van y otros inéditos. Habrá sorpresas”, concluye el joven maestro que sigue inyectando fuerza y categoría.