El próximo sábado 23 de octubre en la Casa Refugio Citlaltépetl, que con sensibilidad y apertura dirige María Cortina, será la presentación de un libro de excepcionales características, titulado Pinturaleza, del pintor, dibujante y escultor Rafael Sánchez de Icaza, cuya lograda evolución se refleja en esta nueva obra, editada por Grupo Indi y el hierro de Caparica en noviembre de 2019, pero cuya presentación debió posponerse debido a la pandemia. Intervendrán Jorge F. Hernández, Mario Arturo Ramos y Páez.
El acto es doblemente significativo: por un lado la Casa Refugio se inscribe dentro de la mejor tradición cardenista y su ejemplar internacionalismo al abrir las puertas de México a miles de refugiados de la guerra civil española, y por el otro, que buena parte de la obra sanchezdeicaciana plasma la fiesta de los toros de manera originalísima, gozosa, policroma y libre.
Casi nadie lo sabe pero el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas, en junio de 1936, sufragó el pasaje de regreso de España de varios novilleros y subalternos mexicanos con motivo del “boicot del miedo”, como calificó Juan Belmonte a la negativa de los diestros españoles de alternar con los invasores toreros de México, encabezados por un Armillita imparable. Cárdenas, como fugaz taurino pero persuadido mandatario, no distinguió oficios ni cayó en simplificaciones animalistas.
Esto, a propósito de nuevos amagos prohibicionistas por parte de legisladores repetidores, tanto de chambas cuanto de eructos seudoideológicos en desprestigiados, pero oportunistas partidos políticos que se sueñan ecologistas y protectores de animales, no promotores de valores humanos que dignifiquen la relación. Como visionudo remate, pues en el futurismo todo se vale, ahora la versión morenista de las dinastías se lanza al ruedo del animalismo y enarbolando el estandarte de la sensibilidad abstracta declara: “La capacidad de una nación para hacer valer el estado de derecho no se mide exclusivamente a través del respeto hacia los derechos de las personas, sino al respeto a la vida de todo ser vivo. El maltrato animal comprende una gama de comportamientos que causan dolor innecesario, sufrimiento o estrés, que van desde la mera negligencia en los cuidados básicos hasta el asesinato recreativo, malicioso e intencional.” No pos sí, ya me estresé, que la descompuesta embestida de la demagogia no la templa nadie.
Joaquín Gallo, rejoneador mexicano, al hablar parece flotar y más que afirmar suele preguntar, como si su percepción de la realidad fuese sólo una interrogante alerta y serena y su frágil figura evitara incomodar a personas, cabalgaduras y toros. Sin embargo, esa apariencia cuasi adolescente envuelve un espíritu determinado, poseedor de una madurez que le permite diferenciar el disfrute de la fama y anteponer la congruencia a la comodidad, al grado de ser en el mundo el único torero a caballo capaz de rejonear y banderillear a pelo o sin montura y de templar a los toros con un sarape.
En 2017 escribió un libro sobre doma, charrería y rejoneo. En sus actuaciones invariablemente viste el traje de charro y emplea sillas charras. Sin alarde confiesa: “Con dos caballos realicé mi carrera de rejoneador de novillos, con dos caballos he toreado más de 75 festejos, con dos caballos se me ocurrió usar el sarape y quitar la montura, y ahora, con cuatro caballos, agradezco a Espectáculos Santa Julia y al matador Jorge Hernández organizar y aceptar darme la alternativa en Texcoco el próximo domingo 24 de octubre. ¡Ahí nos vemos!