La urgencia de fortalecer los medios independientes de información y crear redes de colaboración del gremio periodístico fueron algunos de los temas que destacaron mujeres dedicadas a esta profesión, durante una mesa que organizó La Chula Foro Móvil, como parte de la Feria Internacional del Libro del Zócalo.
Seis mujeres, una bandera tricolor, un cocodrilo y una figurilla prehispánica fueron el escenario para la conjunción sobre el ejercicio del periodismo actual. Participaron con sus opiniones Mónica Maristain, Aminetth Sánchez, Beatriz Gaspar, Ariadna Lobo y Mónica Mateos-Vega.
Una combi amarilla, proyecto cultural en movimiento que transporta poesía y literatura, esta vez se estacionó en la plancha del Zócalo, frente al Palacio Nacional, para llevar talleres, presentaciones de libros, lecturas y actividades para niños hasta el encuentro editorial que termina hoy.
Las invitadas al foro comentaron sus experiencias y los retos que enfrentaron, entre ellos el machismo, la violencia, romper estereotipos y la compaginación con la maternidad. También compartieron cómo surgió en cada una de ellas el sueño de dedicarse a una actividad demandante, pero con salarios precarios.
Melisa Arzate, coordinadora de proyectos culturales de la hostería La Bota, fue la encargada de dirigir la conversación que convocó a los paseantes entre libros. Se trata de la segunda ocasión que el foro móvil reúne voces femeninas para ofrecer su perspectiva de género en el quehacer de las noticias y la divulgación de temas sociales.
“Otra vez vuelve a ser el periodista una voz autorizada para dar información. No existe ninguna cosa en las redes sociales que pueda suplir al profesional de la comunicación masiva”, señaló Mónica Maristain, quien después de trabajar para importantes medios impresos, decidió fundar un portal informativo. “El periodismo va muy bien, los que van muy mal son los dueños de los medios y de los periódicos”.
Ariadna Lobo, colaboradora de La Lista, fue testigo de un episodio de violencia en la Suprema Corte deJusticia de la Nación, fue ahí dónde descubrió la vocación para cubrir el acontecer en el sistema judicial con la idea de exponer los sucesos desde una óptica transversal de lo que implica ser mujer en una fuente donde los hombres trajeados son los que predominan y utilizan un lenguaje machista.
“La perspectiva de género tiene que estar ahí, nosotras vemos el mundo de otra forma y alguien tiene que explicarle a la audiencia”.
Enfrentarse a un hombre ensangrentado fue la primera asignación de trabajo de Mónica Mateos-Vega como reportera de La Jornada. Al final, con la presión sanguínea al máximo nivel por el estrés, su jefe le pronosticó un futuro corto. De esa experiencia han pasado más de 30 años, en los que se ha dedicado a dar cobertura al acontecer cultural.
“Si no tienen pasión, no se dediquen a esta profesión. Y no tengas miedo porque no estás sola. El periodismo se hace en equipo”, fue uno de los consejos que ofreció a una estudiante que manifestó sus preocupaciones profesionales.