El sureste de México es una región estructuralmente marginada del avance socioeconómico nacional, por lo que la obra del Tren Maya “es una gran oportunidad” para resolver este problema mediante el desarrollo de infraestructura, aseguraron investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Carlos Bustamante Lemus, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE), señaló que se estima que la extensión del proyecto insignia del actual gobierno federal podría beneficiar a una población de alrededor de 2 millones de habitantes en la península de Yucatán y en la porción microrregional de Chiapas y Tabasco.
En la videoconferencia Nuevos enfoques sobre los proyectos de infraestructura y bienestar en México: el caso del Tren Maya, el investigador indicó que la población de esa región conformaría la fuerza de trabajo potencial para las diversas actividades que ahí se realizan.
Celebró la decisión del gobierno de girar la atención de grandes territorios y regiones “que por más de 70 años han quedado al margen los intereses de crecimiento”.
A su vez, Javier Velázquez Moctezuma, coordinador científico del Tren Maya, comentó que el reto será determinar dónde enfocar la infraestructura de servicios, salud y transporte, entre otros, en una zona donde los habitantes están dispersos.
Precisó que en la zona de construcción del Tren Maya hay 30 mil 500 localidades con menos de 2 mil 500 habitantes cada una. “Esa dispersión lo hace ser un reto mayúsculo”. También apuntó que otro desafío de la obra es la biodiversidad. “La región ha sido olvidada y eso ha repercutido en un deterioro ambiental que no podemos soslayar; hemos puesto en peligro varias especies en riesgo de extinción, la florística, la fauna, y el gran acuífero maya que está debajo del suelo peninsular”.
Roberto Ramírez Hernández, también académico de Investigaciones Económicas, recomendó diseñar estrategias que promuevan la inversión en las ciudades de la región, evitando el crecimiento de las más grandes, de manera que las medias y rurales se puedan articular.
Édgar Alfonso Sansores Guerrero, coordinador de la maestría en gestión y desarrollo empresarial, de la Universidad de Quintana Roo, señaló que es necesario integrar a las comunidades no sólo como empleados, sino como actores principales para remontar el rezago social.