La Fundación Friedrich Ebert considera que la reforma laboral implementada en 2019, “no trasciende, no perdura o fracasa” porque “no se establece un nuevo patrón de relaciones de trabajo, no avanzan los sindicatos independientes mientras sobreviven los de simulación, corporativos y de protección del viejo sindicalismo mexicano ”.
En un estudio sobre el T-MEC y la industria automotriz, consideró que tomará 21 años empatar los salarios de México con los de Estados Unidos y Canadá en el sector.
En este escenario consideró que las organizaciones gremiales “en contubernio con las gerencias sólo ejecutan cambios cosméticos que hacen fracasar la voluntad de los trabajadores. Los contratos colectivos siguen siendo los mismos y los salarios se mantienen deprimidos en la industria”.
Señaló que en el marco del tratado comercial podría darse la homologación salarial en Estados Unidos de continuar la tendencia al alza en México, como se ha registrado en los tres primeros años del actual gobierno. Es decir, de 4.3 por ciento en este caso.
“Asumiendo que los salarios de la industria automotriz se empezaron a mover al alza en 2018 del piso de 2.3 dólares por hora, tenemos que en los tres últimos años esos salarios han aumentado 13 por ciento (en México).”
No obstante, la fundación alertó que en los dos primeros años del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, los salarios mínimos “han promediado aumentos de 18 por ciento anual”, por lo cual “los salarios contractuales están a la zaga”.
Asimismo, señaló que las evoluciones tecnológicas constituyen un “desafío” para México porque basa “su competitividad de costos globales en su trabajo barato”, además de que sus industrias manufactureras, como la automotriz, cuentan con empleos cuyas tareas son “altamente repetitivas y predecibles. Esto es, el tipo de empleos industriales que previsiblemente serán los más afectados por su facilidad de sustitución”, de acuerdo con un estudio de la OIT de 2019.
Con base en ese estudio, destacó que “el espectro de empleos que serán afectados, eliminados o desplazados por las tecnologías digitales y robóticas va de dos tercios a un mínimo de 20 por ciento, y ello podrá ocurrir dentro de una década”.