Río de Janeiro. El veto del presidente Jair Bolsonaro a una ley que busca la distribución gratuita de toallas higiénicas ha provocado un alboroto en Brasil, donde miles de mujeres pobres no tienen acceso a productos básicos de higiene durante su período.
La etiqueta "#LivreParaMenstruar" (Libre para menstruar) completa una semana en las redes sociales, con el apoyo de varias celebridades que se han unido a las críticas en contra del veto presidencial del 7 de octubre.
"¿En qué siglo estamos? ¿Por qué aún tenemos que desgastarnos por temas obvios? Hoy, una vez más, las mujeres fuimos irrespetadas. La pobreza menstrual está presente hace años en nuestro país", escribió la cantante Preta Gil, hija de Gilberto Gil, en Instagram.
"Bolsonaro muestra que no tiene ni una pizca de sensibilidad con las mujeres. Él deja clara toda su misoginia con ese veto. No podemos callarnos, pues estamos hablando de la vida, de la dignidad de miles de mujeres. Ese veto es un atentado contra todas nosotras", deploró la diputada de izquierda Marilia Arraes.
Autora de la iniciativa legislativa, que espera beneficiar a cinco millones de mujeres, incluidas estudiantes de barrios de clase trabajadora y reclusas, Arraes espera anular el veto en el Parlamento.
Pero el jueves en la noche, Bolsonaro dijo en su programa semanal de Facebook que, si se cancelaba su veto, los promotores de la ley tendrían que "arreglárselas" para encontrar los fondos para la distribución gratuita de las toallas sanitarias.
El mandatario ultraderechista sostiene que el texto no prevé una fuente de financiación y que, en caso de ser aprobado, el Ejecutivo se vería obligado a "retirar fondos del presupuesto de salud o educación".
"No voy a crear ni a aumentar impuestos para financiar esto", sostuvo.
Según la filial brasileña de Girl Up, una ONG fundada por la ONU en 2010, una de cada cuatro adolescentes del país debe ausentarse de la escuela varios días al mes por no poder "tener su periodo con dignidad".
De acuerdo con un informe de Unicef sobre pobreza menstrual en Brasil, 713.000 niñas jóvenes no tienen baños ni duchas en casa y más de cuatro millones no "tienen acceso a la higiene necesaria en las escuelas".