Cuernavaca, Mor., Integrantes de la Sexta Brigada Nacional de Búsqueda hallaron fragmentos óseos en el fondo de una barranca en el municipio de Yecapixtla, Morelos, informó Wendy Ruiz Ramírez, titular de la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de Morelos.
Alrededor de las 19 horas del jueves, los familiares de hijas e hijos desaparecidos localizaron dos pedazos de costillas a las que se les realizarán análisis de ADN para tratar de identificar a quién pertenecían.
Serán expertos de la Fiscalía General del Estado (FGE) los que resguarden los restos y los protocolos que permitan dar identidad a los mismos, debido a la ausencia de peritos de la Fiscalía General de la República, que no acompañaron esta búsqueda que se realizó en 14 municipios de la entidad.
Existe registro de mil 400 personas sin localizar
Según Ruiz Ramírez, titular de la Comisión de Búsqueda del estado, existe registro de mil 400 personas sin localizar.
“Hay un fenómeno que está ocurriendo en el estado, de los primeros reportes recientes la mayoría son encontrados con vida, porque a veces se trata de ausencias voluntarias, pero las personas desaparecidas, sobre todo hombres de entre 20 y 35 años de edad se encuentran sin vida”, manifestó Ruiz Ramírez.
Las últimas desapariciones de mujeres jóvenes e incluso menores de edad, según la funcionaria estatal, “están relacionadas con secuestro, feminicidio, trata y sustracción de menores, aunque también algunas mujeres van huyendo de la violencia en el hogar”.
La Sexta Brigada Nacional de Búsqueda de Personas desaparecidas comenzó su rastreo el domingo 10 de octubre en esta entidad y concluirá el 24 de octubre.
Por la tarde, los activistas de esa brigada marcharon del centro de Tetelcingo al panteón de la localidad, donde el 28 de marzo de 2014 (durante el gobierno de Graco Ramírez) la FGE enterró de manera ilegal y clandestina 150 cadáveres que, según ellos, nadie reclamaba o reconoció.
Pero entre esos cuerpos estaba el de Oliver Navarrete Hernández, quien sí fue reconocido y reclamado por su madre, María Hernández, así como por su tía Ama-lia. El joven había sido secuestrado en mayo de 2013, asesinado y enterrado (28 de marzo) de ma-nera clandestina con 149 cadáveres más en esa fosa común clandestina.
Mediante juicios, la madre de Oliver logró una orden judicial que obligaba a los trabajadores de la FGE a entregar el cuerpo de su hijo en diciembre de 2014, pero entonces se dieron cuenta que no sólo Oliver lo habían enterrado de manera irregular, sino a 149 más.