Sitges. El filme islandés Lamb se llevó este sábado el máximo galardón en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña, el más importante del mundo en su género, que encumbró también en su sección paralela a la película argentina El apego, en una edición casi normal tras la pandemia.
El debut cinematográfico de Valdimar Jóhannsson se centra en la vida de Maria (interpretada por la actriz sueca Noomi Rapace, también premio ex aequo a la mejor interpretación) e Ingvar, aislados con su rebaño de corderos en una isla islandesa.
Tras una dolorosa perdida adoptan a un extraño recién nacido, cruce de bebé y oveja, en un película que aborda el duelo y la maternidad con toques de horror, en un entorno donde la naturaleza y los mitos marcan la vida de sus personajes.
En la sección paralela Nuevas Visiones triunfó El apego, de Valentín Javier Diment, que nos traslada a una clínica argentina de los años 1970 donde se practican abortos clandestinos, decorado de un melodrama salvaje y violento que se apoya en el duelo interpretativo de sus dos protagonistas, Jimena Anganuzzi y Lola Berthet.
En esta sección el premio a la mejor dirección fue para la cineasta brasileña Anita Rocha da Silveira por "Medusa", una denuncia de la ola de conservadurismo religioso en Brasil "más cerca de la realidad" que de la distopía, dijo su directora a la AFP en su paso por el festival de Cannes el pasado julio.
Una extraña nube rosa
Por su parte el premio Blood Window al mejor filme fantástico latinoamericano fue para A nuvem rosa, el primer largo de la brasileña Iuli Gerbase, que explora las relaciones de pareja en un mundo en el que una nube rosa tóxica obliga a todo la población del planeta a confinarse durante años en sus casas.
Una historia extrañamente profética pero que fue escrita y rodada poco antes de la llegada del Covid-19.
La edición 54 del certamen, que se celebra hasta el 17 de octubre en la localidad costera de Sitges (Barcelona), recuperó casi la normalidad tras una edición 2020 marcada por la pandemia.
De nuevo se vieron en las callejuelas de Sitges las muchedumbres de aficionados al cine de terror, de ciencia ficción o policíaco, con salas primero con aforo limitado al 70 por ciento pero que a partir del viernes se abrieron totalmente tras la decisión de las autoridades de levantar restricciones.
También volvieron los homenajes a los invitados internacionales, como a la propia Noomi Rapace - conocida mundialmente por su personaje de Lisbeth Salander de la saga Millenium- o al reconocido director japonés de animación Mamoru Hosoda, que vino a presentar Belle, su particular versión de la Bella y la Bestia en tiempos de redes sociales.
El festival, inaugurado por primera vez en su larga historia con una película dirigida por una mujer (Mona Lisa and the Blood Moon, de Ana Lily Amirpour), puso en marcha en esta edición una iniciativa para visualizar el talento femenino, también en el género fantástico.