Santa Cruz de Tenerife. El presidente del gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, admitió ayer que el proceso de reconstrucción de La Palma tras la erupción volcánica que empezó el pasado 26 de septiembre “no va ser rápido ni fácil”, y añadió que se solicitaron fondos a la Unión Europea para hacer frente a la “catástrofe volcánica más grande de Europa en cien años”.
En una comparecencia a petición propia ante el Pleno del Parlamento, comentó que los habitantes de La Palma están “rotos y en shock”, pero aseguró que “no se van a rendir”, y prometió que el gobierno “va a dejar el alma” en la reconstrucción social y económica de la isla.
Aseveró que “esta desgracia no se puede comparar con nada” y por ello, está convencido de que ningún grupo va a sacar un “ápice de rentabilidad” política gracias al volcán, pues lo que queda por delante es “tremendamente complicado”, con diversos decretos y leyes que tendrán que ser validados en las cámaras legislativas.
Torres dejó claro que es imposible devolver a los afectados lo que tenían y más aún, teminar con la angustia, pues no se sabe cuándo terminará la erupción, que con base en las emisiones de dióxido de azufre –20 mil toneladas en las últimas 24 horas– anticipa un proceso prolongado en el tiempo. “No estamos cerca de que esto termine”, lamentó.
Indicó que ya se dispuso de más de 250 millones de euros de recursos públicos, que no se sabe si serán suficientes, y manifestó que se han solicitado fondos a la UE para hacer frente a la situación.
Aunque afirmó que este volcán es el más letal de la historia de las islas –ya ha emitido más material magmático que San Juan y Teneguía—, subrayó que “la mejor noticia” es que no ha habido víctimas mortales. “Se están perdiendo los recuerdos, es un dolor indescriptible, pero la vida sí es irrecuperable”, recalcó.
El curso de los tres ríos de roca fundida existentes se amplió a 1.7 kilómetros, informó a su vez el gobierno de La Palma.
La lava negra y dura cubre ahora 640 hectáreas en la parte occidental de la isla, explicaron las autoridades, aunque la mayor parte de La Palma no se ha visto afectada por la erupción.
Las coladas han destruido total o parcialmente más de mil 500 edificios y las evacuaciones preventivas han evitado pérdidas humanas. Más de 6 mil personas se han visto obligadas a abandonar sus casas.
La Palma forma parte de las Islas Canarias, archipiélago ubicado en el Atlántico al noroeste de África y cuya economía depende del turismo y del cultivo del plátano canario.