La pandemia de Covid-19 ha generado impactos especialmente graves para la educación de las niñas, niños y adolescentes latinoamericanos, pues la falta de condiciones adecuadas para tomar clases en línea hace que unos 3.1 millones de pequeños y jóvenes estén en riesgo de abandonar la escuela y exponerse al trabajo infantil y otros abusos.
Así lo advirtieron los participantes en un foro virtual organizado ayer por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), quienes señalaron que el cierre de escuelas ha provocado una “crisis silenciosa” que puede ocasionar a la larga una baja de hasta 16 por ciento del producto interno bruto de la región.
Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, señaló durante una conferencia magistral que la pandemia acentuó problemas estructurales de desigualdad, pobreza e informalidad que ya existían en la región entre las personas con menores y mayores niveles de ingreso, especialmente niños y jóvenes.
Un ejemplo de lo anterior, dijo, es que en los últimos 20 años la diferencia en la conclusión de la secundaria entre los alumnos que provienen de los hogares del quintil más rico y el más pobre ya era de 46 puntos porcentuales en 2019.
Ya durante la pandemia, señaló Bárcena, 99 por ciento de los estudiantes de América Latina y el Caribe tuvo una interrupción total o parcial de al menos 40 semanas de clases presenciales, equivalentes a un año académico.
De acuerdo con cálculos del Fondo de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura que cerca de 3.1 millones de estudiantes se verán obligados a dejar sus estudios. El mayor impacto será en el nivel terciario, “debido al costo asociado a este nivel de estudios”, y también de nivel preprimario, “por la dificultad de continuar la instrucción a distancia”, concluyeron.