Pekín. Cerca de 200 países adoptaron ayer la Declaración de Kunming, texto liderado por China, reflejo de sus ambiciones en la protección de la naturaleza, como parte de la Conferencia 15 de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (COP15), aunque los firmantes no asumieron compromisos para frenar las extinciones de especies.
China, que asumió la presidencia de la COP15 el pasado lunes, promovió la adopción del texto sin carácter vinculatorio, que “recoge el consenso y demuestra que los diferentes estados trabajan juntos” en un contexto de pandemia, señaló Zhao Yingmin, viceministro de Medio Ambiente del gigante asiático, desde la ciudad suroccidental china de Kunming.
La crisis sanitaria del Covid-19 obligó a desarrollar la COP15 en dos etapas: estas sesiones virtuales y presenciales que van del 11 al 15 de este mes y dos semanas de reuniones entre 196 países miembros de la Convención sobre la Diversidad Biológica de la Organización de Naciones Unidas, programadas del 25 de abril al 8 de mayo de 2022.
La declaración pide “acciones urgentes e integradas” para reflejar las consideraciones de biodiversidad en todos los sectores de la economía global, pero temas claves han sido dejados al final de la agenda, como el financiamiento de la conservación en países más pobres y compromisos con cadenas de suministros amigables con la biodiversidad. La tasa de pérdidas de especies de animales y plantas es hoy la más alta en 10 millones de años.
En un acuerdo previo firmado en 2010 en Aichi, Japón, los gobiernos acordaron 20 objetivos para desacelerar la pérdida de biodiversidad para 2020, pero ninguno se ha cumplido. El objetivo de la COP15 es conseguir un marco para restablecer la biodiversidad de aquí a 2030 y que se logre “vivir en armonía con la naturaleza” en 2050.
Se necesitan entre 722 mil millones y 967 mil millones de dólares para financiar la conservación de la biodiversidad mundial, según la Agencia Francesa de Desarrollo, pero sólo se le dedican máximo 143 mil millones.
Lin Li, de la organización Fondo Mundial para la Naturaleza, aseguró que esta declaración “afirma una voluntad política y agrega la necesaria ambición que marca el camino a seguir para hacer frente a la pérdida de biodiversidad”, pero “los gobiernos tienen que transformar estas palabras en actos”.