Washington. Latinoamérica debe aumentar el gasto público en salud para avanzar en la recuperación económica de la crisis provocada por el Covid-19, urgieron este jueves la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La pandemia reveló la "interdependencia" que existe entre la dimensión sanitaria y la económica, y mostró que es "imperioso" para la región aumentar el gasto público en salud para asegurar un repunte sostenible, señalaron ambos organismos de las Naciones Unidas en un informe conjunto.
"Es hora de transformar los sistemas de salud de América Latina y el Caribe con base en un enfoque de atención primaria de salud, para acelerar la recuperación después de la pandemia", afirmó Carissa Etienne, directora de la OPS, al presentar el reporte.
"El año pasado sosteníamos que sin salud no hay economía y hoy reiteramos que sin salud no habrá recuperación económica sostenible", dijo por su parte Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, instando a los países a invertir en el sector salud.
América Latina y el Caribe tiene un gasto público en salud inferior al acuerdo regional de 6 por ciento del PIB y un gasto en salud per cápita muy por debajo de los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), señala el informe.
Además, la situación es muy desigual en la región.
Mientras el gasto total (publico y privado) en salud en Cuba y Uruguay supera los 2 mil dólares per cápita, con una proporción del gasto público superior a 70 por ciento (cercana a la de los países de la OCDE), en Haití, Honduras y Venezuela está muy por debajo de los 500 dólares, con una proporción pública inferior a 50 por ciento.
El subfinanaciamiento provoca una alta dependencia del gasto de bolsillo (que representa 33.6 por ciento del gasto total en salud), generando problemas de acceso a los servicios, pobreza y desigualdad.
El déficit de inversión en salud se traduce además en una escasez de recursos humanos y materiales.
En la región, la disponibilidad promedio es de 20 médicos por cada 10 mil habitantes, muy por debajo del promedio de 35 médicos por cada 10 mil habitantes de los países de la OCDE y de los parámetros recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala el informe.