Washington. Los estadunidenses enfrentaron en septiembre un alza de precios importante, sobre todo en alimentos, vivienda y energéticos, que hace resurgir la preocupación por la inflación, en momentos en que el mundo padece problemas de abastecimiento que obstruyen el crecimiento económico.
Los miembros de la Reserva Federal (FED) señalaron que podrían empezar a reducir a mediados de noviembre el apoyo que dieron a la economía durante la crisis, pero siguen divididos sobre el grado de amenaza que supone la inflación y la rapidez con que podrían tener que subir las tasas de interés, según las actas de su reunión de política monetaria del 21 y 22 de septiembre.
Luego de moderarse durante dos meses, la inflación volvió a repuntar en septiembre, al ubicarse en 0.4 por ciento en relación con agosto, cuando había marcado un descenso a 0.3 por ciento, según el índice de precios al consumo publicado ayer por el Departamento de Trabajo.
Más de la mitad de este incremento se debe a los alimentos y la vivienda, que repuntaron 0.9 por ciento y 0.4 por ciento, respectivamente. Parte importante viene también de la energía, con precios que no paran de subir y que esta vez lo hicieron en 1.3 por ciento en el mes.
El repunte inflacionario es particularmente visible en la medición a 12 meses, que marca un incremento de precios de 5.4 por ciento. En agosto, la cifra fue de 5.3. Se siente el efecto de la variante delta del coronavirus, que mermó el crecimiento de Estados Unidos en el verano.
Escalada preocupante
Este incremento revive las preocupaciones sobre una escalada de precios más duradera de lo esperado, toda vez que el retorno a 2 por ciento de inflación anual –el objetivo de la FED– se aleja mes tras mes.
Mientras tanto, los hogares ven caer su poder de compra y los responsables políticos tratan de tranquilizar. “Pienso que es transitorio, pero no quiero decir que estas presiones (sobre los precios) desaparecerán en un mes o dos”, indicó la secretaria del Tesoro, Janet Yellen.
Las dificultades mundiales de aprovisionamiento, que provocan escasez desde hace meses, explican en buena medida los incrementos de precios, en particular de autos nuevos y muebles.
Los presidentes de las filiales de la FED se mostraron preocupados de que estas dificultades “puedan durar más tiempo y tener efectos más importantes o más persistentes sobre los precios y los salarios” de lo anticipado, según extractos de las actas de la reunión de política monetaria del organismo realizada en septiembre y publicadas ayer.
Las perturbaciones frenan el crecimiento mundial, alertó el martes el Fondo Monetario Internacional.